Más de un centenar de mozos ataviados con el traje de porruano fueron los encargados de trasladar el enorme eucalipto
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Mozos ataviados con el traje de porruano fueron los encargados de trasladar la hoguera. | Guillermo Fernández
La localidad de Nueva de Llanes celebró este viernes la víspera de la fiesta en honor al Cristo del Amparo con el traslado y plantación de una hoguera de 38 metros en el barrio de Triana, a la vera de la capilla del santo, varias veces centenaria. Los mozos habían cortado el eucalipto en los montes de Naves a primeras horas de la mañana. La jornada vespertina comenzó con un desfile folclórico desde Triana hasta el barrio de la Farmacia, a la otra parte del pueblo, donde se encontraba depositada la hoguera.
De la comitiva formaban parte la banda de gaitas Llacín, bajo la batuta de Bitor Carbajal; más de un centenar de mozos ataviados con el traje de porruano, que fueron los encargados de trasladar la hoguera; el grupo de gaitas Principado, y más de dos centenares de niñas y mozas vestidas de aldeana llanisca, tañendo la pandereta y dejándose el alma en las canciones alusivas a la festividad. A ambos lados del recorrido se encontraban numerosos grupos de vecinos, turistas y curiosos con el fin de no perder detalle del ancestral rito.
En puesto cabecero, incrustada en la base del tronco, se distinguía el hacha veterana de dos bocas que lleva grabadas en el armazón las iniciales AP, letras que apuntan a su ya fallecido propietario Antonio Pedrayes, padre de los entusiastas Jesús y Richard. Después de dos paradas a lo largo del recorrido para reponer fuerzas, la hoguera llegó a Triana. Tras preparar los clavos y amarrar cuatro cuerdas, en menos de media hora la cima del eucalipto miraba al cielo.
En tarde festiva, como aperitivo de la verbena, los entusiastas del Cristo del Amparo ofrecieron un festival folclórico en el que guajes y mayores interpretaron las jotas de Leitariegos, Cadavedo, Boal y el Cuera, la jotina Asturiana, la Flor, el Quirosanu, el Xiringüelu de Naves y el Pericote.
