Delirio en Llanes por San Roque
El día grande en honor al peregrino de Montpellier congregó a más de un millar de mozas de llanisca y a un sinfín de público que disfrutó de la procesión, el festival folclórico, el encuentro de gaiteros y los fuegos
Llanes es cada 16 de agosto una fiesta sin igual. San Roque se celebra en la villa con la alegría propia de una festividad, pero ante todo se vive la solemnidad del momento con respeto, orgullo y una inmensa devoción. Ese cúmulo de sentimientos y emociones despierta el peregrino de Montpellier entre los simpatizantes del bando y los centenares de fieles y curiosos que cada año acuden a presenciar los actos, continuados durante más de veinte horas a lo largo del día grande.
La jornada central comenzaba este sábado como es tradición, con la descarga de bombas reales, un anuncio del delirio por llegar. Desde el parque de Posada Herrera arrancaba el primero de los grandes acontecimientos del día: el pasacalles al compás del pasodoble ‘España Cañí’, obra del maestro Pascual Marquina, con 102 años de historia e interpretado por la banda de música de San Martín del Rey Aurelio.




























Tras la misa solemne, celebrada en la Basílica y presidida por el párroco Florentino Hoyos, llegaba uno de de los actos centrales: la multitudinaria procesión por las calles de la villa. Encabezada por Julián Herrero y Monchín Cue, a la gaita y el tambor respectivamente, la enorme marcha avanzó integrada por más de un millar de mozas ataviadas de llanisca, otro medio millar de mozos de porruano, cinco ramos, los integrantes del Corri Corri de Arenas de Cabrales y 19 parejas de niños de la Danza Peregrina, dirigidos por Ana Concha y Silvia Calleja.
Del cortejo sacro formaron parte la cruz de plata, el estandarte de San Roque portado por Rodrigo Arrate, elaborado con hilos de oro y plata en 1892, aprovechando un donativo de mil pesetas enviado por el indiano Andrés Toriello; y la imagen de San Roque sobre un tupido manto de hojas de hiedra y siempreviva, a hombros de 26 costaleros. El párroco, el presidente del bando, Javier Abello, expresidentes y la banda de música cerraban la comitiva, seguida por un sinfín de devotos y presenciada por no menos curiosos a lo largo de las abarrotadas calles Nemesio Sobrino, Castillo y Mercaderes.




































Una vez en la plaza Parres Sobrino se desbordaba la emoción con la entrada de la imagen, los cantares de ofrecimiento del ramo y la Danza Peregrina. Finalizada esa primera parte y retirado el santo a su capilla, daba inicio el festival folclórico, considerado «el más famoso y completo de todo el Oriente de Asturias«. De Arenas de Cabrales llegaron para deleitar al público los miembros del gupo folclórico Corri Corri con nada menos que seis bailines: Adrián Díaz, Hugo del Cueto, Samuel Huerdo, Martín Mier, Alfredo Fernández y Gonzalo González. Las mozas María González, Marga García, Noa Ibias, Clara Gómez y Carla Trespalacios; al pandorio Marival Fernández, Begoña Ardines, Carlota Asprón y Sofía García; y al tambor la directora del grupo, Almudena Sánchez, pusieron el resto para escenificar un Corri Corri brillante.
Los jóvenes llaniscos interpretaron por su parte el Fandango de Pendueles, la Danza del Señor de San Pedro, la Jota del Cuera, el Xiringüelu de Naves, el Trepeletré del Valle de Ardisana y el Pericote de ocho triadas. La Danza Prima hasta la capilla, formada las personas ataviadas con los trajes llaniscos, puso el broche de oro a la primera mitad del día grande. Por delante quedaba, no obstante, mucho que celebrar.


















De tarde la fiesta prosiguió con nuevo pasacalles de la banda de música de de San Martín del Rey Aurelio y con el Encuentro Regional de Gaiteros, que reunió a once bandas durante el desfile: Grupo de Gaitas Principado, Los Indianos de la Maleta al Agua, Villa de Xixón, L’Alloru de Balmori, Xurbeo, El Gumial, Los Trasgos (Centro Asturiano de Valladolid), Naranco, Corvera, Picos de Europa y Llacín.
Al caer la tarde se celebró la Monumental Danza Prima por las calles San Agustín, Plazuela de San Roque y Mercaderes hasta la Plaza de Parres Sobrino. Una vez finalizada, las bandas de gaitas se concentraron en la Playa de El Sablón, donde tuvo lugar la descarga de fuegos artificiales y la interpretación del himno de Asturias.



















