Doce horas a la angula
Cae la tarde del 13 de noviembre y la oscuridad da la bienvenida a la temporada de la angula.
Este año llega dos semanas más tarde de lo habitual. Los primeros días de noviembre coincidieron con luna llena y, bien es sabido, esos seres misteriosos, tan esquivos como codiciados, huyen de la luz.
Preparativos en la playa de San Antolín
En la playa de San Antolín, en el concejo de Llanes, comienzan los preparativos. Este año, la mayoría de los anguleros del oriente han optado por comenzar a probar suerte en la desembocadura del río Bedón.
En las últimas campañas, viene dando más alegrías que la playa de Santa Marina, en Ribadesella.


Nervios, reencuentros y una campaña incierta
La primera es una noche de nervios y reencuentros. Nervios ante el arranque de una nueva campaña que vuelve a pintar fea. Reencuentros porque en muchos casos llevan meses sin verse. Nadie vive en exclusiva de la angula, los anguleros lo son cinco meses al año. El resto, tienen otros trabajos bien en el mismo sector pesquero o en otras áreas totalmente distintas.

Abatimiento entre los anguleros
Las conversaciones denotan cierto abatimiento antes incluso de meterse al agua. Las capturas de angula viven un progresivo retroceso en los últimos años y la temporada se ha ido acortando. Desde hace dos años, en Asturias son 30 las jornadas de pesca permitidas, distribuidas desde noviembre hasta finales de marzo.

Oscuridad total: comienza la búsqueda del oro blanco
Envueltos en una total oscuridad, con la única luz de sus frontales y armados de cedazos, los primeros anguleros se dirigen a la playa.
En la zona del Oriente, la pesca de la angula se realiza exclusivamente a pie. Con esos cedazos de rompiente, los anguleros van cribando el agua una y otra vez.

El gesto que nunca llega
La operación se repite con paciencia. Pasan los minutos y nadie hace ademán de subir el cedazo. Ese gesto, el de alzar la red a la altura de la vista, indica que ha entrado una.
El tiempo sigue corriendo y la cría de la anguila, una de las especies más misteriosas del planeta, se hace esperar.

Una especie en declive y muchas incógnitas
Que cada vez entra menos angula a las rías asturianas es un hecho. Por qué sucede sigue siendo una incógnita. Algunos apuntan a la contaminación, otros a las actividades recreativas en los cauces, la falta de repoblaciones… Lo único cierto es que existen más opiniones que certezas.
La angula es una de las pocas especies en las que está permitida la pesca de alevines. Desde los años ochenta, ha experimentado una disminución del 95% y está incluida como especie en «peligro crítico de extinción» en la Lista Roja de la UICN (International Union for Conservation of Nature’s).

Restricciones crecientes
«Desde finales del siglo pasado, ante el descenso de capturas, se adoptaron en Asturias medidas pioneras, como la reducción de licencias en un 60% desde 1995; la prohibición de la pesca recreativa y de la anguila amarilla y plateada; la implantación de planes de gestión específicos en las rías del Nalón y de Tinamayor y el plan del oriente asturiano o el acotamiento de la campaña a 30 días efectivos de actividad pesquera», apuntan desde el Principado.

La primera noche confirma los peores presagios
La constatación de que ya la primera noche las cosas no marchan vuelve las quejas amargas. Algunos apuntan que «van a acabar vedando». Otros puntualizan: «Esto se va a vedar solo».

Mar «bella», condiciones que no acompañan
Las condiciones meteorológicas de esta noche de noviembre, con viento sur, y bajo coeficiente de la marea, tampoco ayudan. La mar, se les oye una y otra vez, está «bella» esta noche.

La entrada de angula requiere de aguas turbias por las lluvias, temporales marítimos que remuevan los fondos y caudales elevados. También de oscuridad. Las mejores jornadas para la pesca son aquellas que coinciden con el novilunio (fase en que la Luna no es visible desde la Tierra). Esas noches son conocidas en la jerga de los anguleros como ‘oscurada’.
Parar a la espera de la oscurada
La oscurada de noviembre será esta penúltima semana de noviembre y hasta entonces han decidido que no volverán a pescar. Tras la primera noche, pararán unos días. Son solo treinta jornadas y no están dispuestos a desperdiciarlas. «Jode tirar días así a la basura», dicen.

Una ría casi vacía en Ribadesella
La noche avanza y mientras en San Antolín se concentra la mayoría de anguleros, en Ribadesella se vive una imagen insólita. Uno solo criba las aguas de la ría en las primeras horas. En el caldero, tres angulas. Antaño, la primera noche era una fiesta.

Cantidades mínimas
En este arranque de 2025, la noche se salda para algunos con 50 angulas contadas. Otros consiguen algo más de 200 gramos. Al llegar la mañana, se encaminan a la rula de Ribadesella, donde se realizará la subasta.

2.135 gramos
2.135 gramos han capturado entre todos. Son 32 los anguleros del plan de gestión del oriente, que abarca desde Colunga a Llanes. Esta primera noche, ni siquiera han acudido todos a pescar.

Comienza la subasta
En la rula de Ribadesella, a las once y media de la mañana, comienza la subasta. El ‘oro blanco’ luce en dos lotes a la espera de compradores. Seis negocios, principalmente de hostelería y del propio concejo riosellano, han acudido a la puja.

Un público numeroso para una cantidad mínima
La lonja luce visiblemente más llena que años atrás, público y compradores se amontonan en planta baja y altillo.

Precio lejos del récord
La subasta arranca en 10.000 euros y comienza a bajar. Cuando desciende por debajo de los 8.135 pierde las aspiraciones de récord. Ese precio, pagado en 2023, seguirá marcando el máximo histórico.

Los números de la pantalla siguen bajando hasta detenerse en 5.125 euros. Ese precio por kilo está dispuesto a pagar el Grupo El Campanu.

Segundo lote
El segundo lote se adjudica por 3.675 euros el kilo a otro restaurante local, La Huertona. Su chef, José Antonio Viejo, señala lo que tantos piensan: «Es la cantidad que menos recuerdo que se haya pescado el primer día».

Un lujo cada vez más inaccesible
Como los bienes de lujo, la angula tiende a convertirse en algo cada vez más exclusivo. «Hay muchos clientes y poca angula. No vamos a poder atender a todos», asume Ángel de Con, del Grupo El Campanu. Cien euros por cien gramos es lo que deberán pagar sus clientes por las raciones preparadas con las capturas de la primera noche.

Hasta la próxima oscurada
Esos 2.135 gramos serán además los únicos disponibles hasta la próxima semana. Finalizada la subasta, los anguleros comentan sus opciones. Al ya acordado parón del fin de semana deben añadir más concreciones. No saben qué día exacto, quizás miércoles o jueves, pero la próxima semana hay oscurada y volverán a probar una noche.

Esperanza por Navidad
Después, valoran parar hasta diciembre. De cara a la Navidad la demanda, y con ella los precios, se vuelven a animar.
Es el juego del ‘oro blanco’.






