Más de doscientas mujeres y niñas vestidas de aldeana llanisca, cantando y repicando sus panderetas al compás de dos tambores, procesionaron por la localidad
Tiempo de lectura: 2 minutosEl vistoso pasacalles recorrió casi todas las arterias de Posada de Llanes. | Fotos: Guillermo Fernández
La villa de Posada festejó este jueves a Santiago, patrón de la parroquia. La banda de gaitas El Gumial-Conceyu d’Ayer, de la que formaban parte 35 músicos acompañados por gaitas, timbales, tambores y bombo, realizó un vistoso pasacalles por casi todas las arterias de la localidad. Al frente del colectivo venía el afamado gaitero Diego Lobo. A mediodía, desde el chalet Villa Pilar, levantado hace 99 años junto a la estación del ferrocarril, se puso en marcha un desfile folclórico camino a la iglesia parroquial. Para alcanzar el objetivo había que atravesar la villa, cuyas aceras se encontraban a rebosar de vecinos, turistas y curiosos para no perder detalle de la comitiva.
Abría camino la banda de gaitas El Gumial, por delante de tres monaguillos que portaban una cruz de plata y dos ciriales, quienes llevaban a su espalda los estandartes de la Virgen del Carmen y el Corazón de Jesús. Seguían el gaitero Santi Galguera, de Naves, y el tamboritero Ángel Rey, de Vibaño, y cuatro ramos repletos de rosquillas de anís, pan dulce y pan artesanal trasladados por niños, adolescentes y jóvenes ataviados de porruano. Quinamari Cerezal lleva 44 años al frente de la decoración de los ramos y de aquella fecha datan las muñecas de aldeana que rematan el cerquillo de las pirámides de pan. Por detrás caminaban más de doscientas mujeres y niñas vestidas de aldeana llanisca, cantando y repicando sus panderetas al compás de dos tambores. Las trabajadas andas con la imponente imagen de Santiago, sobre claveles rojos y paniculata, se presentó a hombros de ocho costaleros. El párroco, José París, y un elevadísimo número de fieles y devotos cerraban el cortejo.
Tras la eucaristía, en el plaza de Parres Piñera se celebró una sesión vermú amenizada por la banda de gaitas y un festival folclórico con participación de los vecinos que tuvieron como directores a la concejala Priscila Alonso y al incombustible Josín Amor. Niños, guajes y adultos bailaron el Trepeletré, dos versiones del Quirosanu, dos puestas en escena de Xiringüelu de Naves (críos y mayores), las jotas de Cadavedo y el Cuera, el Saltón y el Pericote.