Tras una disputada carrera, los franceses logran imponer su velocidad en un sprint final que deja a Walter Bouzán y Adrián Martín en segunda posición
Tiempo de lectura: 5 minutosJeremy Candy y Quentin Urban, ganadores del Sella por tercer año consecutivo. | Fotos: Xuan Cueto
Jeremy Candy y Quentin Urban son por tercer año consecutivo campeones del Sella. El K2 de los franceses, tras una carrera de perfil bajo, impuso su velocidad en el último tramo y entró a meta en un sprint de vértigo, parando el crono en 1:08:35. Lo que se vivió río arriba desde la salida de Arriondas hasta la llegada a Ribadesella fue piragüismo en estado puro.
La contrarreloj del jueves, en la que Walter Bouzán y Adrián Martín marcaron el mejor tiempo, ya hacía intuir una carrera emocionante. Y así fue desde que los cerca de 1.300 palistas de esta edición partieron de la capital parraguesa. Saben los conocedores del Sella que una buena salida no es sinónimo de victoria, pero fallar en ese punto inicial sí puede conllevar la derrota. Salieron sin sobresaltos los grandes favoritos de esta 86 edición, con los portugueses Alfredo Nogueira Faria y José Figueirido Ramalho situándose a la cabeza en los primeros metros tras partir quintos. Al paso por La Remolina, con apenas cinco minutos de carrera transcurridos, Walter Bouzán y Adrián Martín lanzaron con éxito el primer ataque, poniéndose al frente de una cabeza de carrera integrada ya por los principales aspirantes al podio.
En Triongu, Bouzán y Martín volvieron al ataque para tratar de avanzar en solitario, pero resistió el K2 de los portugueses. Comenzó en ese punto a dividirse el grupo, con esas dos embarcaciones y la formada por los daneses Mads Pedersen y Thorbjorn Rask ganando metros a sus perseguidores. Tal fue el ritmo inicial que a su paso por Arcu, la carrera aventajaba en un minuto los tiempos de la pasada edición.
Por Toraño, a la cabeza de carrera comenzó a acercarse el segundo grupo y en el Rabión del Diablu habían conseguido ya darles caza. En ese punto, con media hora transcurrida, Bouzán y Martín lanzaron un nuevo ataque, dejando claro que el K2 del riosellano y el madrileño estaba dispuesto a marcar el ritmo de la carrera.
Por La Requexada, al grupo inicial se sumaban más K2: los argentinos Franco y Dardo Balboa y los locales Miguel Llorens y Alberto Plaza. La competición en la segunda mitad del Descenso quedaba asegurada. En Fries el grupo de cabeza se incrementaba hasta las nueve embarcaciones.
Llegados a Cueves se sucedieron los ataques, entre ellos el primero de los franceses Jeremy Candy y Quentin Urban, campeones de las dos ediciones anteriores. Por los Campos de Oba los daneses Mads Pedersen y Thorbjorn Rask trataron de escaparse en solitario, sin fortuna pues a la zaga se situó de inmediato el resto del grupo, capitaneado por la K2 de Bouzán y Martín, quienes como buenos conocedores del Sella tomaron otra parte del río. Por Norniella seguían los ataques y se vislumbraba un sprint final solo a prueba de nervios de acero.
A la entrada de la ría, con una hora de carrera a sus espaldas, Bouzán y Martín imponían de nuevo su ritmo y marcaban la dirección, resistiendo los continuos ataques del resto de K2. Una de las grandes dudas era qué sucedería al llegar a la siempre controvertida isla de La Boticaria. Los propios palistas habían explicado horas antes de la prueba que la decisión entre seguir por el río o apearse de la piragua y cruzarla a pie no estaba tomada. Si hubo estrategia o se impuso el análisis sobre la marcha queda para los deportistas y el hecho es que los ganadores se inclinaron por continuar remando. Solo Pelayo Roza y Roberto Geringer y los Balboa se decidieron por el porteo, sin suerte.
Tras una carrera vibrante, todo se decidió en un emocionante sprint final, con los franceses imponiéndose por cuestión de centímetros gracias a su velocidad. Segundos cruzaron meta Bouzán y Martín (1:08:37), solo dos segundos por detrás; y terceros los portugueses Faria y Ramalho (1:08:39), con cuatro segundos de diferencia. «Es el Sella y todo puede pasar«, explicaron Candy y Urban, quienes confesaron además haber tenido un inicio complicado en los primeros kilómetros de carrera. «Lo tocamos con la punta de los dedos, por diez metros nos pasaron, una pena«, compartió Bouzán una vez en meta.
En K1 masculino, esta 86 edición corona al cangués Javier Sánchez. En categoría femenina, la K2 más rápida fue la de Irati Osa y Arantza Toledo, quienes hace apenas una semana se alzaban con el título de campeonas de Europa de K2 maratón. «Son dos sueños hechos realidad en una semana», destacaban tras proclamarse reinas del Sella. En K1, la victoria fue para Christie Mackenzie. Toda la clasificación y tiempos pueden consultarse aquí.
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