La localidad cabraliega, enclavada dentro del Parque Nacional, cuenta con 108 vecinos y un paisaje de montaña exuberante donde se mantiene el pastoreo y la elaboración de queso
Tiempo de lectura: 8 minutosEl pueblo de Sotres, rodeado de Nieve en invierno. | Xuan Cueto
De los muchos títulos que podrían aplicarse Sotres, el de “pueblo enclavado en el corazón de los Picos de Europa” era el más repetido. Hasta este 2 de septiembre, día para la historia en la localidad cabraliega, que pasa ser Pueblo Ejemplar de Asturias.
El galardón, otorgado por la Fundación Princesa de Asturias, reconoce, y así lo plasma el jurado en el acta de concesión leída este lunes en Oviedo, el mérito de “haber conservado e impulsado, en un espacio de alta montaña, una actividad tradicional de base ganadera extensiva y sostenible, complementada con una industria agroalimentaria de calidad y con el turismo”. Y añade a los elogios: “Todo ello, con el soporte de un movimiento asociativo pujante y joven que mantiene el interés por la preservación del patrimonio, la conservación del paisaje y la mejora de las infraestructuras, así como una notable dinámica sociocultural”.
Sotres consigue así el distintivo que acredita oficialmente una ejemplaridad que viene forjándose desde hace décadas. Situado a 1.050 metros de altitud –es el pueblo más alto del oriente asturiano- e incluido dentro de los límites del Parque Nacional de los Picos de Europa, la naturaleza que lo rodea es ante todo bendición, pero también barrera. Detrás de la postal de casas encajadas entre montañas está el día a día de los vecinos que luchan por su pervivencia.
“Los habitantes de esta localidad han sabido sobreponerse a lo largo de su historia a las múltiples vicisitudes que supone la vida en un pueblo de alta montaña: desde la incomunicación durante semanas debido a las grandes nevadas que caían hace años (como en la llamada gran nevada de 1888 en Cabrales) a ser una de las últimas poblaciones de Asturias a las que llegó la corriente eléctrica, en 1981, más de cien años después de su invención”, les reconoce la Fundación Princesa.
La nieve deja cada invierno estampas de postal, pero también conlleva dificultades en el día a día del pueblo. | Xuan Cueto
La nieve es una constante en la historia de Sotres. Saben quienes lo habitan que deben estar preparados no solo para su llegada, sino para su persistencia. Disponer de arcones bien provistos de alimentos, artículos básicos de supervivencia como pilas para linternas y bombonas y, no menos importante, piensos para el ganado, es una lección que ningún sotriano olvida.
Si bien ya más benévolas que antaño, las nevadas siguen poniendo a prueba a un pueblo donde conocen como nadie sus peligros. Retirar la nieve acumulada de tejados, abrir el paso con palas o caminar entre paredes de nieve que superan la altura de una persona son solo algunos de los inconvenientes dentro del núcleo. El verdadero riesgo está en la carretera. El único acceso rodado a Sotres es a través de la AS-264, con un largo historial de caída de aludes y su consiguiente cierre.
Hace tres veranos concluía en la carretera la construcción de las viseras antialudes, una obra que demuestra el tesón de los vecinos, siempre reivindicativos ante los continuos retrasos que experimentó. La Fundación ensalza de hecho que “uno de los logros más recientes del pueblo en cuanto a la mejora de su calidad de vida ha sido la construcción de unas viseras antialudes, que permiten circular sin peligro cuando nieva y evitan los constantes cortes de carretera en invierno”.
No obstante, en Sotres saben que, pese a las mejoras, hacerse a la carretera con nieve no es un juego y así lo transmiten invierno tras invierno a los visitantes que desoyen las recomendaciones, con tanta pedagogía como paciencia.
Con la conquista de las viseras antialudes y una mayor seguridad en la carretera, la lucha de los habitantes por lograr avances no cesa. No es Sotres un pueblo que se conforme y prueba de ello son las reivindicaciones de estos últimos años por mejoras en materia de aparcamientos o eliminación de barreras arquitectónicas. Allá por 2018, cuando soñaban ya con el premio a Pueblo Ejemplar, observaron que mantener en superficie el tendido de cables de alumbrado y telefonía podía ser una traba en su meta, además de un peligro en invierno por los cortes de suministro. Acabar el proyecto de soterrado, que entonces acumulaba años de retrasos y había dejado a medio pueblo con los cables al descubierto, fue otro de sus recientes empeños.
Conseguir viseras antialudes para la carretera es una de las luchas vecinales más recientes. | Xuan Cueto
La ganadería se mantiene en el pueblo, donde también se elabora queso Cabrales. | Xuan Cueto
Sotres es hoy un pueblo que vive del turismo, pero también de actividades tradicionales como la ganadería y la elaboración de queso Cabrales. “Una de las principales características de Sotres es la sostenibilidad, en buena medida alentada por el pastoreo y relacionada con la elaboración del queso Cabrales. En la actualidad, son varios los jóvenes (algunos retornados después de experiencias profesionales y formativas fuera del pueblo) que se dedican a trabajar como pastores de vacas, cabras y ovejas, cuyo excedente de leche se utiliza para la elaboración de queso, que se cura en las cinco cuevas que permanecen aún activas. En el pueblo existen dos queserías bajo el registro de la DOP (Denominación de Origen Protegida) del queso Cabrales; una de ellas dispone, además, de un Aula del Queso Cabrales, que permite al visitante conocer la elaboración del producto y su maduración en una de las tradicionales cuevas naturales”, valora la Fundación.
Recuerdan asimismo que, “en el pasado, destacó la actividad minera, especialmente en el siglo XIX, cuando llegaron a trabajar trescientas personas en la extracción de plomo y blenda. En 1978 la Real Compañía Asturiana de Minas cerró la última explotación, lo que provocó la emigración de muchos trabajadores”.
El vínculo con el montañismo es otra de las señas de identidad del Pueblo Ejemplar 2024. Situado entre los macizos oriental y central de los Picos de Europa, es punto de salida de numerosas rutas, incluida la del Picu Uriellu. Destre Sotres parte cada junio la Traveserina, célebre carrera de montaña a la que se suman otros eventos deportivos de renombre como el Sotres Ski Tour.
En las montañas que rodean el pueblo se celebran eventos deportivos como el Sotres Ski Tour. | Xuan Cueto
Entre los méritos, la Fundación Princesa apunta además a la Asociación Vecinal, “creada en 2006 con el objetivo de velar por los intereses de sus habitantes y preservar sus tradiciones y su patrimonio”. “Ha desarrollado una destacada actividad en los últimos años –especialmente alentada por los jóvenes–, lo que le ha permitido pasar de diecisiete socios iniciales a los más de doscientos actuales, con una gran implicación en sus propuestas. Bajo el lema ‘El corazón de los Picos de Europa’, entre sus proyectos más destacados se encuentra la organización del Sotres Cultural Fest, que ha celebrado exposiciones, conciertos, talleres, teatro y proyecciones de cine. Todas estas acciones culturales tienen lugar en las antiguas escuelas, que han sido recuperadas por los propios vecinos tras dos décadas cerradas. Más recientemente, se han impartido clases de inglés y yoga, lo que supone un hito para una población tan aislada geográficamente y que habitualmente no suele tener acceso a este tipo de oferta formativa y de ocio”, indican.
Destacan asimismo “la defensa del entorno», que ha permitido “recuperar antiguos caminos y senderos que se encontraban en mal estado, como el camino de Pandébano, la ruta desde el Collau Timón hasta La Caballar y la ruta circular de Sotres, además de la construcción de un mirador en uno de los extremos del pueblo”. “También ha organizado sextaferias en las que han participado buena parte de los vecinos y ha hecho una apuesta por la digitalización, con la creación en 2023 de perfiles en redes sociales y un grupo de WhatsApp para los socios”, añaden sobre la labor de la asociación.
Tras Asiegu en 2019, Sotres es el segundo núcleo de Cabrales en recibir el premio a Pueblo Ejemplar. El galardón de este 2024 lo recibirán el sábado 26 de octubre. Antes de esa celebración toca, no obstante, otro acontecimiento: las fiestas del pueblo, este sábado y domingo, coincidiendo con la patrona, Covadonga.