Existe una Declaración universal de los derechos del animal y, para difundirla, Enrique Carballeira la ha convertido en un libro ilustrado. El fin, divulgar y ayudar a una protectora a cubrir sus gastos
Tiempo de lectura: 4 minutos«Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio».
Cuando el periodista, escritor e ilustrador Enrique Carballeira leyó ese artículo de la Declaración universal de los derechos del animal pensó que podría tratarse de un «error de traducción». Acudió entonces a la versión en inglés del articulado y la misma alusión al «genocidio» se repite. «Es así», explica.
Ese artículo que tanto llama la atención por aplicar a los animales un concepto reservado al «exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano» es uno de los catorce incluidos en la Declaración de 1978. Casi medio siglo después de su redacción, Enrique Carballeira ha creado la primera versión ilustrada. Y lo ha hecho con fines solidarios y educativos. Lo recaudado con la venta de ‘Vivo y siento: los animales también tienen derechos’ se destina a la protectora Animales de Oriente. Lo que cuenta a través de la imagen, a trabajar desde la infancia el respeto por los animales.
«Los artículos son todos bastante lógicos. Son unos mínimos muy básicos que ya dejan claro cómo debe ser la relación y el trato a los animales», explica el autor, también periodista de Onda Cero. Enrique Carballeira comunica con la voz, con la palabra, con la ilustración y también con la conciencia. Sabe que «lo ideal sería que se cumpliesen, pero ni siquiera se cumplen los Derechos Humanos». «Que se sepa que la Declaración universal de los derechos del animal existe y que los más pequeños, que es por donde se debe empezar, la tengan presente» es su aspiración.
El articulado de la Declaración es claro y directo. No así su historia y los apoyos recibidos. El documento fue impulsado por la Liga Internacional de los Derechos del Animal, constituida en 1976 en Ginebra. El 26 de enero de 1978 el texto fue presentado en la Universidad de Bruselas y el 15 de octubre de ese mismo año en la Casa de la UNESCO en París. Sin embargo, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) nunca la llegó a adoptar formalmente.
Con los años, los derechos que plasma la Declaración sí han ido incorporándose a las legislaciones nacionales. En España la última -y polémica- es la Ley de Bienestar Animal, en vigor desde el pasado año.
«Afortunadamente se va viendo una concienciación mayor de la sociedad», considera Carballeira. Queda, no obstante, camino por andar y «el principal problema está en los mayores».
A los adultos se dirige también la versión ilustrada de la Declaración, pues la «imagen siempre aporta algo más». Permite también concretar y así lo ha hecho el autor, que decidió plasmar al torero y al cazador pese a no aparecer mencionados en el documento original. «El tema de los toros me parece lo más grave y lo más duro. A la tauromaquia no le encuentro justificación», comparte.
Lo contrario a lo que promulga esa Declaración de derechos de los animales, por ejemplo el abandono -que aparece comtemplado como «un acto cruel y degradante»- sigue viéndose por desgracia en las protectoras. A una de esas entidades, Animales de Oriente, con base en Piloña y con la que Carballeira colabora desde tiempo atrás, están destinados los beneficios de la venta de libros. Una ayuda para cubrir unos «gastos que son bestiales», recuerda Carballeira, quien subraya que realizan una «labor que debería ser pública».
«Es importante que la gente colabore en la medida de lo posible. Como socio, comprando pienso o haciéndose voluntario para simplemente sacar a pasear a los perros», indica el autor.
Con la primera edición agotada, la opción de ayudar a través de la compra de libros volverá a estar disponible de cara a la Navidad, cuando se prevé una segunda tirada. En su meta de difundir los derechos de los animales, Carballeira trabaja además en otra idea: una versión audivisual para compartir a través de redes sociales.