Entre los asistentes estuvo una representación de San Roque de Llanes, portadores de la Reliquia, un trozo de la tibia del santo que llegó a Llanes, desde Montpellier, en el año 1925
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Barro, pueblo turístico por excelencia, celebró esta mañana el día grande de su festividad en honor a San Roque. Antes de mediodía, los romeros acompañados por la banda de gaitas L’Alloru visitaron el camping de Sorraos, donde cuentan con un elevado número de simpatizantes que contribuyen cada año a la celebración de la fiesta.
De regreso al pueblo, la zona de la capilla era punto de reunión de la comitiva procesional en dirección a la cercana iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Era fácil confirmar que allí se había agrupado mucha gente. Entre los asistentes estaba una representación de San Roque de Llanes, que eran portadores de la Reliquia, un trozo de la tibia del santo que llegó a Llanes, desde Montpellier, en el año 1925, gracias a la gestión realizada por el matrimonio formado por Ricardo Teresa Robles y Concepción Fernández ‘Conchita’.
Encabezaba la comitiva el Pendón de Barro, una enorme tela roja que lleva más de doscientos años saliendo a la procesión. De su traslado se encargaba el joven Gorka Azárate Cue, aleccionado previamente por el insustituible Joaquín de la Vega ‘Chocolate’. Por detrás venía el estandarte de San Roque y la banda de gaitas L’Alloru, de Balmori, dirigida por Julián Herrero. Seguía un ramo mixto, de pan dulce y artesanal, que entre sus adornos llevaba llamativas hojas de la planta de maíz, fuente de vida y alimento durante muchos años en el entorno rural llanisco.
Por detrás aparecían más de medio centenar de niñas y mozas ataviadas de aldeana llanisca. Ellas tañían la pandereta y entonaban las coplas tradicionales de Barro al contrapunto de un tambor en manos de Lucía Fernández. Las aldeanas abrían paso a las andas con la imagen de San Roque, sobre un leve manto de hiedra y siemprevivas, El párroco, José París, y un nutrido grupo formado por vecinos, turistas, curiosos, fieles y devotos, cerraban la marcha.
Tras la eucaristía, la comitiva regresó por el mismo camino y en la finca que el día anterior había acogido el ritual de las Bruxas, se celebró un interesante festival folclórico. Acompañados a la gaita y el tambor por Julián Herrero y Lorena Borbolla, respectivamente, los barrucanos bailaron el Trepeletré, la Bomba, la Jotina Asturiana, la Danza del Señor San Pedro, la Jota del Cuera, el Xiringüelu de Naves y el Pericote.










