El piragüista Abel García Cimentada recibe el homenaje de su concejo por su triunfo en K1 en el último Descenso Internacional del Sella
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Cuenta Abel García Cimentada que desde «siempre» ha sido fan de las películas de ‘Rocky’. De ellas le «prestaba» lo «muchísimo» que le motivaban «porque daba a entender que detrás de un gran esfuerzo había una gran recompensa». Una de esas recompensas que le quedó grabada en la mente fue que al boxeador «le pusieron una estatua». «Yo siempre soñé con tener algo con mi nombre, una estatua o una placa, un recordatorio».
Este domingo, ese sueño se hizo realidad para el campeón del 87 Descenso Internacional del Sella. Su concejo, Cangas de Onís, le rindió un emotivo y multitudinario homenaje por su victoria en K1 en esta última edición de la cita piragüística.
Tal y como soñaba, su nombre quedará para siempre grabado en su ciudad, en una placa colocada en la calle Campeones Cangueses del Sella, junto al Puente Romano.

«Es un día muy especial para Cangas de Onís, nos reunimos para celebrar algo más que un triunfo deportivo, nos reunimos para rendir homenaje a un joven que representa lo mejor de esta tierra: el esfuerzo, la humildad, la nobleza y el amor por su pueblo», ensalzó durante el acto el alcalde cangués, José Manuel González Castro.
Porque si algo tienen claro los muchos que quieren al joven Abel es que, más que un «campeón en el río, es un campeón en la vida. Un chaval querido, trabajador, respetuoso, un ejemplo para los más jóvenes y un motivo de orgullo para todos nosotros».

«Ha escrito su nombre en la historia de nuestro deporte, pero también, y quizás lo más importante, ha escrito su nombre en el corazón de todos los cangueses», afirmó el alcalde.
«En esta calle cada placa cuenta una historia y la de Abel es una historia de dedicación, de familia, de pasión por la piragua y de compromiso con su tierra. Con este gesto queremos que las nuevas generaciones que pasen por aquí puedan mirar al suelo y ver que los sueños son posibles, que detrás de cada victoria hay sacrificio, disciplina y valores», añadió González Castro.
Un deportista con valores
Abel García Cimentada llegó al homenaje en bicicleta, acompañado de sus amigos, tal y como iba a entrenar de pequeño. Una foto suya colgada del Puente Romano le deparó la primera de las sorpresas de la mañana.

Otros campeones del Sella, entre ellos el último vencedor en K2, el riosellano Alberto Llera Serrano, o el también campeón cangués y presidente del CODIS, Juan Manuel Feliz, le esperaban palas en alto para el paseo del vencedor.

Una vez en el escenario, la peña local Los Botijos le hizo entrega del chaleco de Cangas de Onís con su nombre grabado.
Se confesó nervioso y emocionado el joven campeón, pero una vez que tomó el micrófono, las palabras fluyeron.
«Esto para mí es impresionante, me siento muy querido y halagado. Es para mí un sueño hecho realidad», comenzó.

En su discurso, Abel García Cimendata demostró que es un deportista grande dentro y fuera del río por sus valores.
«A mí siempre me dijeron, ‘te falta maldad’, pero yo creo que a todos nos falta un poco de honestidad y empatía», afirmó, despertando el aplauso del numeroso público congregado a orillas del Sella, entre ellos su familia.
Para los suyos, especialmente para su madre y para su hermana mayor, tuvo especiales palabras de agradecimiento: «Moverían el mundo por mí. Ellas siempre están ahí, apoyándome desde el primer momento». Tal es la gratitud que siente que pidió que en la placa, junto a su nombre, se grabasen sus iniciales.

Recompensa al esfuerzo
En lo deportivo, el campeón en K1 recordó que las victorias siempre llegan precedidas de años de trabajo y de mucho sacrificio. «Cuando estás en lo más alto, nunca se ve lo que está debajo. Y hay mucho esfuerzo. Levantarme a las 6 de la mañana para ir a trabajar en una jornada de 8 horas, comer en el trabajo de tupper, ir por la tarde a entrenar. A las 4 de la tarde montarme en la piragua, salir de la piragua e ir para el gimnasio, volver a casa otra vez para hacer la comida de mañana y la cena del mismo día. Echarme a las 10 de la noche porque tendría que dormir 8 horas…», enumeró.
Pese a todo, para Abel García Cimentada esos sacrificios han merecido la pena, pues ha logrado su sueño absoluto, coronarse en su prueba y en su río, en el Sella.
«Para cumplir un sueño solamente hacen falta ganas y mucho esfuerzo. Escuché una frase motivadora a un atleta una vez que dice que el mejor momento para plantar un árbol fue hace 25 años. Pero el segundo mejor momento es hoy», afirmó el rey del Sella 2025.
















