El coro ‘El Rinconín de Santa Ana’ actúa una sola vez al año, bajo la batuta del joven Néstor Díaz y en una gala impulsada por la Cofradía de Pescadores
Tiempo de lectura: 3 minutosEste domingo 15 de diciembre, a mediodía, la capilla de Santa Ana de Llanes acogió el V Festival de un acontecimiento titulado ‘La mar de villancicos’. Un coro del que formaban doce mujeres y un rapaz, simbología perfecta de Jesús y los doce apóstoles, interpretó canciones y narraciones típicas de la Navidad. La masa coral actúa una sola vez al año bajo la batuta de Néstor Díaz, está formada por aficionadas y es conocida como ‘El Rinconín de Santa Ana’. Para enumerar las particularidades del evento solo restaría valorar que la gala estaba patrocinada por la Cofradía de Pescadores Santa Ana de Llanes, de la que es patrón mayor el dinámico Ángel Batalla y que cuenta con Maiche Perela como dinamizadora cultural.
‘El Rinconín de Santa Ana’ es un coro diletante, formado por un grupo de personas aficionadas a la música que cantan de manera sincronizada. La integración en estos orfeones acostumbra a tener pautas que ya me contó Quintín Calle: «Un día cualquiera, una persona se acerca al lugar del ensayo y dice que le gustaría cantar en el coro. Apenas sabe de música ni tiene experiencia coral. La voz y el oído, sin ser extraordinarios, permiten albergar esperanzas».
Lo cierto es que este domingo los llaniscos del ‘Rinconín’ consiguieron llenar la capilla de Santa Ana e interpretaron dieciocho canciones y dos narraciones típicas de la Navidad. Contaron con la aprobación y el apoyo del público, y fueron recompensados con ruidosas y prolongadas ovaciones. Más allá de la uniformidad de las doce voces, habría que destacar los dúos y tríos en los que intervinieron Emilia Pantiga, Charo Díaz y Néstor Díaz. Emocionante resultó la interpretación de la pieza ‘Llanes del alma’, así como el monólogo ‘Manolón’.
Néstor Díaz, llanisco de 14 años, un joven acostumbrado a participar en concursos de canción por diferentes lugares de la región y gran comunicador con muchas tablas, fue un extraordinario maestro de ceremonias, un estupendo coordinador de estas damas de las que saca el mejor partido en su presentación ante un público entregado, que llegó al recinto eclesial con ganas de divertirse.