Debido a la escaez de reses y la alta demanda, los precios de las vacas subieron a una media de 400/500 euros por cabeza en relación con los mercados de hace un par de años
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El Castañéu de la localidad canguesa de Corao acogió la tradicional feria del 3 de marzo con escasa presencia de reses. Ni siquiera llegó a quinientas el número de cabezas en los corrales y amarres del recinto, cuando lo normal para esta feria era recibir la visita de más de mil vacas, novillas y terneras.
La oferta era escasa y la demanda altísima, de ahí que los precios de las vacas subieran a una media de 400/500 euros por cabeza en relación con los mercados de hace un par de años. Las asturianas de la Montaña, las populares casinas, que apenas valían 800 euros hace ‘cuatro días’ cotizaban a una media de 1.300. Y las asturianas de Valles, las carreñanas, pasaron de 1.500 a 2.000 euros, como mínimo.
Tres eran las razones esgrimidas por tratantes y ganaderos para justificar el alarmante descenso de reses en Corao. 1).- La gente prefiere vender el ganado en la propia estabulación, sin tener que hacer frente a gastos y molestias. 2).- Cada día quedan menos ganaderos porque los veteranos se jubilan y apenas un 10% de los jóvenes se acogen al relevo generacional en la familia. 3).- Los lobos se están dando grandes banquetes con el mejor ganado del país.
El resumen sería que «hubo pocos animales pero se vendieron todos». Un año más, el tratante más activo en ventas fue Toño García Álvarez, de Mestas Ganadera, con residencia en Mestas de Con. Colocó para Zamora 60 vacas casinas, solo 20 de ellas con cría, a una media de 1.000 euros. Y despachó diez vacas carreñanas con cría para Toledo en una frecuencia de 2.400 euros por cabeza. Para percatarnos de la fiebre compradora que había en el Castañéu puedo comentar que el llanisco Luis Meré Villar, vecino de El Mazucu, sin apenas descargar sus animales vendió seis terneros limusines, de tres meses, a 800 euros cada uno.
Los precios tipo del ganado vacuno serían los siguientes. Casinas con cría, entre 1.000 y 1.500 euros. Carreñanas con cría, de 1.500 a 2.000. Parda alpina, de 1.500 a 2.000. Toros careñanos, de 2.000 a 2.500 euros. Toros casinos, entre 1.400 y 1500. La principal procedencia de los compradores era Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura. No llegaron los vascos por un reciente cambio en la normativa sanitaria animal de aquella región. Tampoco acudieron asentadores franceses como sucedió en otras ediciones.
En el recinto destinado a equinos y burros la ‘receta’ era similar. Los potros de año cotizaban a una media de 800 euros y las yeguas paridas entre 1.000 y 1.500. Se vendió un poni en 750 y no encontraron comprador dos tremendos caballos hispano bretones valorados en 5.000 euros cada uno. El mercado asnal evoluciona favorablemente porque, a decir de los expertos, este tipo de carne de ejemplares jóvenes cotiza al alza y son tratados como ‘delicatessen’ en las lonjas italianas.
Si la oferta ganadera era escasa, la presencia de puestos ambulantes era muy alta, infinita. A la venta había quesos de todos los tipos imaginables y también embutidos, complementos ganaderos, panes, empanadas, rosquillas, tartas, ajos, gorros y calcetines de lana, sombreros, cuchillos y navajas, bisutería, fruta, cencerros, todo tipo de ropa, cestería, plantas, helados, juguetes, zapatos y botas, un afilador y CD musicales.
Tractores de las marcas Case y Landini, maquinaria de jardinería Husqvarna y Stihl, segadoras Rapid y variedad remolques. Merche María Remis, de la localidad de Intriago, ofertaba buen queso de Gamonéu del Valle de la marca ‘La Corona’, a 30 euros el kilo. Y la premiada Graciela Valle también trajo desde Peruyes queso Gamonéu del Valle de la firma L’Arbeyal. De la localidad palentina de Carrión de los Condes se desplazaron los hermanos Juan Lorenzo y María Puerta Tordera con un queso elaborado con leche de ovejas churras, a 25 euros el kilo.








