Dice Greta García Morán que ella empezó a correr antes que a andar. Que lo de la afición de trotar le viene de familia (sobre todo de su padre) y de Piloña (sobre todo del Club de Orientación); dice que correr es algo que le sale de dentro, que le sienta bien y la equilibra… Y dice también que lo que más le gusta del éxito deportivo es poder celebrarlo con su güela.

Ya ven: no hace falta decir muchas cosas para decir mucho. Así es Greta, natural, sencilla, familiar y cariñosa. Unos rasgos en peligro de extinción en estos tiempos que ella combina con una cabeza estupendamente amueblada y con un carácter disciplinado e inquieto. Todo ello, envuelto por un físico en el que destaca una gran sonrisa, miscelánea de felicidad y alegría: la de una mujer joven, menuda y vivaracha (pero fuerte y resistente cual roble) que se ha alzado en un ‘plis plas’ a la élite nacional del trail running.

Está feliz, claro que lo está: en 2024 (entre otras muchísimas victorias dentro y fuera del país) fue campeona de España en modalidad Sky Race; o, lo que es lo mismo: reina absoluta a nivel nacional si se trata de correr por la montaña. Además ahora, para seguir sumando alegría, acaba de ser nombrada por segundo año consecutivo Mejor Deportista del año de Piloña. Así, con mayúsculas: que los premios en casa siempre saben mejor y alimentan doblemente el alma.

«Recibir este homenaje tan guapo, en Piloña que es mi hogar, la verdad que me sabe a gloria. Aquí empecé a correr y sigo corriendo, con el Piloña Deporte, el club de atletismo, el de orientación… El trail nunca lo había practicado, pero tras la pandemia del covid me apunté a una carrera, por probar, y a partir de ahí ya fui encadenando…», relata, añadiendo que no le costó trabajo adaptarse a este duro deporte porque ya estaba habituada a correr por monte desde que tiene uso de razón.

Será entonces eso: que Greta aprendió a correr por el monte desde la cuna, como quien aprende un idioma. Y lo tiene tan interiorizado que ni siquiera «se lo cree» un poco, a pesar de que -en tan sólo un lustro- ha pasado de correr y competir en Piloña a ser fichaje del Asics Trail Team, alzarse con los títulos de campeona y subcampeona de España o lograr importantes puestos en lo más alto de competiciones tan punteras como la Marathon Transgrancanaria (en la que quedó subcampeona) o la ‘Chianti Ultra Trail by UTMB’, en Italia, donde quedó cuarta.

«A mí, de correr por la montaña me gusta todo: las sensaciones, la gente, el ambiente, conocer sitios nuevos, correr por paisajes distintos cada día… Si lo miras así, es un lujo estar ahí, una gozada. Eso sí, si me tengo que quedar con un lugar y con un paisaje, siempre voy a escoger Piloña: como en casa en ninguna parte», afirma tajante, resaltando la ilusión que le hizo participar en la última edición del Cayón Trail o «cuánto le presta» subir al Sueve corriendo.

Pero no vayan a pensarse: Greta no se dedica sólo a correr. Vivir de las competiciones de trail «está reservado a cuatro» -señala-, así que trabaja como fisioterapeuta, en Gijón. Algo con lo que está encantada: su profesión le gusta tanto como trotar, arriba y abajo, por la montaña.

«Lo reconozco: soy de esa gente que cuando va a trabajar no siente que está yendo a trabajar. Cuando trabajo desconecto de correr y cuando corro desconecto de trabajar. Y en ambos sitios, estoy encantada», cuenta risueña. También reconoce que tiene que hacer esfuerzos, pero asegura que en su caso son «esfuerzos alegres y con placer» (por gusto, afición y pasión) y entonces, claro, se hacen mucho más llevaderos.

Entrenar, entrena todos los días durante unas dos horas. Le gusta escaparse a recorrer (corriendo, claro) el Sueve siempre que puede; y también volver a casa los viernes, para hacer cable a tierra y resetearse. Para «cargar la pila» todo lo posible antes de inaugurar temporada: en nada partirá rumbo a Canarias y, luego, Francia, País Vasco, Italia… Aunque, por supuesto, también andará corriendo por casa: Asturias está llena de interesantes e importantes carreras y Greta también saca hueco para participar en alguno de los muchos trails que se celebran en la tierrina.

Y ustedes se preguntarán: ¿Y la vida social? ¿El pasar tiempo en familia? ¿Tener pareja? ¿Leer? ¿Ir al cine? ¿Viajar? ¿Quedar con las amigas? … Pues, aunque suene a magia, Greta también tiene tiempo para llegar a todo eso, e incluso asegura que –como todos- tiene fiestas de prau sacralizadas que procura no perderse. Y sí, a veces tiene que hacer malabares o incluso no le queda otra que perderse ciertas cosas, pero lo que tiene meridianamente claro es que su familia, su gente, su pueblo y su tierra (los de siempre) son su principal fuente de energía, lo que más le nutre el alma, una vitamina que la impulsa y que no debe (ni quiere) descuidar si pretende seguir cumpliendo objetivos y sueños.

Pues eso: que con 26 años de edad y de Piloña «de toda la vida», esta es una pincelada de quién es Greta García Morán, una rapaza que no sólo tiene la aplaudible capacidad de correr (cual gamu) durante horas y horas por terrenos abruptos y (además) ganar, sino que -por su carácter, fuerza, humildad, buen hacer y alegría- resulta una mujer inspiradora y necesaria, de esas que conviene llevar por bandera.