La parroquia llanisca celebró una multitudinaria procesión y entregó la Corona del Niño Jesús al pueblo de Garaña y la de la Virgen de la Flor al lugareño Fernando Fernández
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La parroquia de Pría, de la que forman parte los pueblos de Belmonte, Llames, Garaña, La Pesa, Villanueva, Piñeres y Silviella, celebró este domingo la fiesta en honor a la Virgen de la Flor. Superado el mediodía se puso en marcha un desfile folclórico desde la zona de las antiguas escuelas, donde una placa recuerda al escritor y poeta José García Peláez ‘Pepín de Pría’, y se remató la mañana bajo una carpa donde se celebraron las comidas campestres en grupos de familia o amistad.
El desfile folclórico matinal salió encabezado por el gaitero riosellano Serxu Lluaces y el tamboritero llanisco Paul Balmori. Tras ellos aparecían tres ramos exquisitamente adornados y repletos de rosquillas y pan artesanal, y cerraban el cortejo más de medio centenar de mozas ataviadas de aldeana llanisca.
Ya en el interior de la parroquial de San Pedro de Pría, un templo del que se tiene una primera referencia en el año 1255, se celebró la eucaristía oficiada por el párroco Domingo González y cantada por el coro Xarabea. La iglesia y la explanada exterior estaban hasta la bandera de fieles, devotos, turistas y curiosos. Hubieran hecho falta otros tres templos para acoger a tan elevado número de personas.
Al término de la misa tuvo lugar el multitudinario acto de la entrega de la Flor, una rosa roja acompañada por una rama de paniculata, con destino a los niños/as nacidos en el año, a los mozos y mozas que cumplen 18, a los matrimonios celebrados hace 25 años y a las parejas veteranas que alcanzaron los 50 años de convivencia diaria. He de manifestar que Pili y yo fuimos una de las parejas homenajeadas ya que llevamos medio siglo de unión tras haber contraído matrimonio en San Pedro de Pría el 19 de julio de 1975, la misma fecha y lugar elegidos por Nieves Inés y Jorge Gutiérrez. Ellos en una reluciente la mañana y nosotros en una tarde resplandeciente. Se le concedió la Corona del Niño Jesús al pueblo de Garaña y la de la Virgen de la Flor al lugareño Fernando Fernández.
Avanzaba la mañana cuando por la pradería colindante se celebró una concurrida procesión de cuyo cortejo formaban parte el Pendón parroquial, los gaiteros, los tres ramos, las mozas de llanisca, la andas con la imagen de la Virgen de la Flor trasladada por rapaces vestidos de porruano, el párroco y los fieles. De regreso a la iglesia los jóvenes dieron calor y color a un festival folclórico, se subastaron los roscos de pan, hubo sesión vermú a cargo de los gaiteros y, como la danza sale de la panza, tocaba reponer energías en comidas campestres.







