La localidad ribadedense celebra su fiesta con una hoguera de 30 metros y procesión con más de medio centenar de mozas ataviadas de llanisca
Tiempo de lectura: 3 minutosLa imagen de San Lorenzo recorrió las calles de Noriega escoltado por más de medio centenar de mozas de llanisca. | Fotos: Guillermo Fernández
El pasado sábado la localidad ribadedense de Noriega celebró su día grande en honor a San Lorenzo, el latino Laurentius, martirizado en una parrilla en Roma, el 10 de agosto del año 258. Salvando distancias y analogías, la jornada matinal de la fiesta presentó un semblante de calor subsahariano. De hecho, el valor que más cotizaba eran las botellas de agua mineral bien frías.
La fiesta de Noriega comienza cada año con el traslado de dos ramos que parten de los barrios más alejados de la localidad para coincidir casi a la puerta de la iglesia parroquial. Ambas pirámides de pan marcharon encabezadas por gaiteros y percusionistas de la banda Villa de Xixón, bajo la batuta de José Luis García.
El ramo que salió por poniente, desde Las Helgueras, costeado desde hace más de cien años por la familia de Miguel Purón, iba a hombros de Miguel Díaz, de su hijo César Díaz y de Yeray Martínez y Manuel Guerra. El que partió desde el levante, del barrio de Piñera, pagado por el vecindario, marchaba a hombros, por turnos, de Isaac Riestra, Ismael Lorenzo, Juan Antonio Posada, Juan García y Adrián Ibáñez. Las dos pirámides de pan se presentaron adornadas con profusión de hortensias y con cintas de variados colores entre las que sobresalían las referidas a España y Asturias.
A las puertas del templo más de medio centenar de mozas vestidas de aldeana llanisca y acompañadas al toque de tambor por Candela Martín, entonaron las coplas del ofrecimiento del ramo en presencia del párroco Amador Galán; el alcalde de Ribadedeva, Jorge Martínez, y el sacerdote Domingo Renedo, carmelita descalzo de Santa Teresa, con residencia habitual en Segovia. A la comitiva folclórica se acoplaron las andas con la imagen de San Lorenzo y se formó una procesión que recorrió medio pueblo.
De presidir la eucaristía se encargó Amador Galán, mientras que el carmelita Domingo Renedo pronunció el sermón. La misa contó con el acompañamiento vocal del Coro Ribadedeva y al finalizar la función religiosa se celebró la subasta de los panes y una sesión vermú amenizada por la banda Villa de Xixón de la que formaban parte nueve gaiteros y ocho percusionistas.
Resaltar que en la jornada del víspera, de noche, los mozos plantaron frente a la iglesia parroquial una hoguera de 30 metros, un eucalipto talado en el bosque de La Garma.