La 33 edición de la prueba se disputó en el hipódromo natural de Santa Marina con 27 monturas y tres categorías, con victorias para los caballos ‘Turco’, ‘Kasaw Al Cassagne’ y ‘El Kobarón’
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Las Carreras de Caballos de la Playa de Ribadesella alcanzaron este sábado su 33 edición exhibiendo su mejor cara: puro espectáculo de velocidad y belleza sobre el arenal de Santa Marina. A la cita, organizada por el Ayuntamiento de Ribadesella y declarada de interés turístico regional, acudieron este 2025 un total de 27 monturas procedentes de distintos puntos de Asturias, como Cangas de Onís, Llanes, Grao, Langreo y Gijón; así como de Cantabria, Vizcaya, A Coruña y Pontevedra.
Tres fueron las carreras disputadas en el hipódromo natural de Santa Marina, una por categoría y con 1.200 metros de recorrido: pura raza árabe, cruzados pura sangre inglés y pura sangre inglés. La victoria en pura raza árabe fue para el caballo ‘Kasaw Al Cassagne’ y el jinete asturiano Diego Martínez Francos, de la cuadra Javier Serrano Viar, de Muskiz (Vizcaya). La segunda montura más veloz fue la formada por ‘GM Olaf’ y Manuel Revuelta García, de Cantabria; y la tercera la de ‘Palombina de Llanes’ y el jinete portugués Roberto Carlos Jesús Silva.
En cruzados se impuso ‘El Kobarón’, cuyo jinete y propietario es Diego Martínez Francos, de Salas. Martínez Francos firmó así un doble primer puesto como jinete. «Los caballos dieron muy bien la curva, que es la clave en esta carrera, y luego remataron bien en meta», valoró. En segunda posición se clasificaron ‘Hinhvardhan’ e Iván López Santiago y en tercera ‘Something Magic’ y Manuel Revuelta García.
El más rápido en pura sangre inglés fue ‘Turco’, de la cuadra de Jon Ander Zornotza, de Zalla (Vizcaya). Su jinete fue el canario Iván López Santiago, que se subió así al podio en dos categorías. «Es la primera vez que montaba aquí, nunca había visto estas carreras y la verdad que son un espectáculo», valoró. La segunda montura más rápida fue la formada por ‘Emin’ y Roberto Carlos de Jesús Silva y la tercera la de ‘Izakaya’ y Jaime García García.
La cancelación de las carreras de 2024 por las condiciones del arenal había dejado a los muchos aficionados con los que cuenta la prueba con las ganas. Esa espera de dos años se dejó notar en un público entregado y multitudinario, que pese al mal tiempo llenó el paseo de Santa Marina para contemplar el espectáculo. La lluvia además respetó además hasta el último minuto, pues comenzó justo al término de la entrega de premios.
Historia de la prueba
El origen de las carreras de caballos se remonta cuatro décadas atrás, bajo el impulso de aficionados a la hípica de Ribadesella. Una exposición en el paseo recuerda ese momento y el antecedente del gusto por la equitación en el concejo, casi de leyenda. Tal y como relata esa historia, en el siglo XVIII y al calor del pujante puerto se desarrolló el contrabando. Las mercancías de ese mercado negro «volaban a lo largo de la playa a lomos de corceles negros que, veloces como el viento, se confundían con la oscuridad de la noche», recoge la muestra.
Así, «evocando esas viejas historias», en los años 80 comenzaron a realizarse apuestas en torno a unas primegenias carreras, que terminaron por convertirse en la actual prueba, de referencia en el norte de España.



























































