Boquerizo festeja a San Juanucu

Gaiteros, el ramo repleto de enormes rosquillas dulces y tres decenas de niñas y mozas ataviadas de llanisca procesionaron por el pueblo ribadedense

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Una comitiva folclórica recorrió las calles del pueblo de Boquerizo. | Guillermo Fernández

El concejo de Llanes termina por el Este en las aguas del río Cabra, que desemboca en la playa de La Franca. A la otra orilla se encuentra el municipio de Ribadedeva y el primer pueblo tras la frontera se llama Boquerizo, donde el pasado sábado festejaban a San Juanucu.

En torno a mediodía un elevado número de romeros fue llegando a cuentagotas frente a la casa conocida como ‘La Tienda’, un antiguo comercio de abarrotes que tuvo gran movimiento hasta hace dos décadas. Era lugar de paso obligado para personas y mercancías que se movían entre el valle Oscuru, Colombres, Panes y la cántabra Unquera. El autocar de Mento tenía allí parada y al otro lado de la carretera se encontraba una concurrida bolera de birle.

Las primeras pinceladas de asturianía procedían el sábado de tres gaitas, un bombo y un tambor del Grupo Principado del que formaban parte Manolín Vela, Dani Ríos, Pancho Noriega y los hermanos Vicente y Gregorio Trespalacios. A ‘La Tienda’ llegó un precioso ramo repleto de enormes rosquillas dulces y decorado con flores propias del invierno. Por delante de la dulce pirámide, aquellos que estaban vestidos de llanisca y porruano quisieron posar frente a numerosas cámaras de fotografía y vídeo.

Desde ‘La Tienda’, en dirección a la iglesia, se formó una comitiva folclórica de la que formaban parte los gaiteros, el ramo y tres decenas de niñas y mozas ataviadas de llanisca, quienes cantaban y tañían la pandereta al contrapunto de un tambor en manos de María del Mar Sánchez Ortiz de Galisteo.

En las explanada previa al templo, esperaba el sacerdote Amador Galán, quien ofició la misa asistido por otros dos curas. Amador, párroco de todo Ribadedeva durante más de veinte años, disfruta de una merecida jubilación pero dejó en el concejo obras e iniciativas muy importantes, imposibles de olvidar.

De cantar la misa se encargó Inma González, santanderina de residencia y ribadedense de corazón. Acompañada por una guitarra entonó piezas propias de la liturgia católica y villancicos.

Al término de la eucaristía se formó una concurrida procesión. A continuación se cantaron las coplas del ofrecimiento del ramo y se homenajeó a dos personas mayores de Boquerizo, que en 2024 fueron las hermanas María Paz y Mercedina Martínez.

La viola, instrumento musical de cuerda frotada, fue la herramienta utilizada por Inma González para interpretar el ‘Himno de la Santina’, paso previo a la degustación colectiva de los roscos dulces del ramo con mistela. En la jornada de víspera los lugareños habían plantado la hoguera, un eucalipto talado en el bosque de La Argañosa.

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