El festival comunitario ‘Cabrales de pueblo en pueblo’ alcanza las seis ediciones en Poo como ejemplo de la vida, ideas y recursos que existen en los núcleos rurales
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¿Qué puede hacer un pueblo unido? ¿Y la unión de todos los pueblos?
En Cabrales, la respuesta a la primera pregunta es trabajar durante meses, superando diferencias y acercando puntos en común para organizar una jornada festiva.
A la segunda, la respuesta es crear comunidad, unir a los vecinos y los pueblos del concejo en torno a un festival comunitario que desde aquella primera experiencia piloto de 2022 en el colegio de Arenas suma seis ediciones creciendo y mejorando.
Este sábado ‘Cabrales de pueblo en pueblo’, nombre del festival comunitario, alcanzó su sexta edición en Poo, núcleo atravesado por el río Casaño y con vistas privilegiadas al picu Urriellu en lo geográfico y con unos cuarenta vecinos habituales en lo demográfico.
Esos vecinos, pero también oriundos de la localidad que siguen manteniendo vivo el vínculo, fueron los encargados de organizar el gran día de los pueblos cabraliegos. Cada año cambia el pueblo, pero la idea de base del festival comunitario se mantiene edición tras edición: juntar a los distintos núcleos y asociaciones que conforman el concejo.
Reunir más de una veintena de puestos en un mismo espacio y programar actividades a lo largo de todo un día puede sin duda atraer visitantes y ayudar a darse a conocer. Pero ‘Cabrales de pueblo en pueblo’ va más allá de esa idea de proyectar hacia el exterior, su esencia es la de mirar hacia adentro, reforzar la comunidad, encontrarse y conocer los proyectos de otros vecinos, de asociaciones o del pueblo de al lado. Mostrar qué están haciendo en cada uno de ellos y cómo pueden colaborar.

Se trata de «construir entre todos nuestro futuro compartido», recogía el pregón del sexto festival, leído entre distintos vecinos y el alcalde de Cabrales, José Sánchez, durante la inauguración. Con ‘Cabrales de pueblo en pueblo’, prosiguieron, «celebramos nuestras raíces y nuestro futuro», es un «motivo para juntar a nuestras gentes» y ensalzar los «valores que compartimos», la «inteligencia colectiva». «Somos más fuertes juntos», recordaron. Y ser conscientes de esa fortaleza y celebrarla «es lo que nos hace únicos».
Claro está que como en cualquier grupo humano, entre los vecinos y los pueblos cabraliegos también existen sus más y sus menos. Una buena forma de poner a prueba la disparidad de opiniones es precisamente la de organizar el festival. El balance final es sin embargo que «compartir la ilusión» termina por desbancar a los problemas. «Lo que hicimos fue muy fuerte», subrayó Luz Pidal, una de las encargadas de la organización en Poo.
El pueblo lucía efectivamente el resultado de los meses de trabajo, con detalles cuidados en cada rincón, desde un cartel de bienvenida a las letras de Poo, pasando por una exposición de objetos y fotos antiguas aportados por los vecinos. «El espíritu de esto es que se vea que en los pueblos todavía estamos», destacó Luz Pidal.

Recursos, ideas y nuevos proyectos
No solo están, también generan recursos, ideas y nuevos proyectos. Los puestos reunidos en Poo dan cuenta de la actividad que existe en el concejo: el grupo folclórico Corri Corri y su Válgame Fest, el Anillo de Picos, el Puertas Film Fest, los refugios, el sistema de gobernanza comunitaria ‘Cabrales de pueblo en pueblo’… Con estand propio estuvieron también los pueblos de Inguanzo, Berodia, Arangas, Carreña, Puertas, Asiegu y Poo. Y completaron la muestra asociaciones, artesanos y negocios como Asdipas, Bienestar Integral, Mariluz, Nayara, Basilio y su miel, Anita y sus retratos, Pepe y sus troncos, Manolo Corao y sus cestos y S-Cape.
En Poo se estrenaron jóvenes como Sara Bravo Díaz, con un puesto y arte en vivo sobre su proyecto de ilustración digital ‘Art by Sara’. Vecina de Carreña, a sus 24 años sabe que quiere «trabajar aquí», compaginando esa iniciativa artística con una empresa de ocio y tiempo libre.

Hugo Fernández del Campo es otro de esos jóvenes que están forjando un proyecto de vida con Cabrales como eje. En su caso no reside, pero sí mantiene un fuerte vínculo con el concejo, del que desciende. Su trabajo de fin de máster en la Politécnica de Madrid versó sobre el patrimonio cabraliego, concretamente sobre los puentes, y esa experiencia académica terminó creciendo hacia el plan que ahora tiene en marcha. Con ‘Puente vieju’ ha identificado 52 puentes y 8 caminos de interés histórico y paisajístico en Cabrales y se ha encargado de darlos a conocer.
Además de repartir folletos para descubrir el ‘Paisaje cultural de la caminería cabraliega’, este sábado ‘Puente vieju’ organizó la gyncana ‘Cosadiellas’ por Poo y más actividades de dinamización patrimonial, como el paseo ‘El ojo de la historia’.

Otro de los puestos fue el del proyecto de compostaje comunitario de Poo, piloto en Asturias y desarrollado junto a Cogersa y el Ayuntamiento. Desde julio, los vecinos cuentan con una zona para depositar residuos orgánicos que se convierten en compost que ellos mismos pueden utilizar. En estos primeros meses de andadura han compostado en torno a cinco toneladas y son ya veintena las familias involucradas.
Homenaje a los mayores
Que en Poo y Cabrales se están desarrollando nuevas ideas quedó patente en el festival, pero el concejo y sus pueblos también encontraron un momento para mirar hacia atrás, concretamente hacia el legado de los vecinos de mayor edad. En Poo fueron reconocidos residentes de más de 80 años, un homenaje al que acudieron Nina Blanco, Pelayo Bárcena, Mari Suárez, Ángel Blanco y Amparo Suárez.
En Poo se ubica además la residencia de mayores y también para esos vecinos existió un reconocimiento. «Dejáis una bonita huella en nuestra historia», les agradecieron a todos ellos.

La banda de gaitas Ciudad de Cangas de Onís, el grupo folclórico Corri Corri y La Tamarga se encargaron de la música y el baile a lo largo de la jornada, que contó además con el primer concurso de pintura al aire libre, un paseo en BTT, zona de juegos, trueque de plantas, concurso de tortillas y postres, concurso de coreografía y baile, pasarela de madreñes, comida popular y un largo etcétera.
Finalizada la sexta edición, la comunidad seguirá fortaleciéndose de cara al próximo año. Un nuevo pueblo será el encargado de albergar y organizar el séptimo festival, elección realizada como ya es costumbre por votación popular. Democracia y autogobernanza marca ‘Cabrales de pueblo en pueblo’.







































