El pregón del neurólogo Sergio Calleja abre el 53 Festival de la Avellana de Piloña durante una gala con reconocimientos para Antonio González Faza y Ana María Melendi Garcedo como Paisanos del Año
Tiempo de lectura: 5 minutosNo siempre quienes viven y se desviven por su tierra son reconocidos en ella. No sucede así en Piloña, concejo capaz de mirar hacia adentro y de distinguir el talento local, a vecinos que contribuyen a hacer la vida más agradable al resto, ya sea desde un chigre o desde un hospital.
Esos piloñeses que de forma discreta y a base de trabajo y constancia se han convertido en ejemplo fueron los protagonistas de la gala de inauguración de la 53 edición del Festival de la Avellana, celebrada este viernes. En el neurólogo Sergio Calleja recayó el honor de pronunciar el pregón, mientras que Antonio González Faza y Ana María Melendi Garcedo ‘Mari la de La Reboria’ fueron nombrados Paisanos del año. También para los más jóvenes hubo un reconocimiento, en su caso mediante la figura de Avellaneros 2024 y con Daniela Meana Pliego y Ángel Arias Blanco, ambos estudiantes de segundo de la ESO en el IES de Infiesto y descendientes de familias avellaneras, como merecedores del título.
«Son la representación de nuestra sociedad», destacó el alcalde de Piloña, Iván Allende, de los vecinos distinguidos. A los paisanos del año trasladó el agradecimiento del concejo por «representar a esa generación gracias a la cual avanzamos en derechos y bienestar». De ellos destacó asimismo su «esfuerzo e ilusión por sacar a sus familias adelante«.
De Sergio Calleja, el alcalde ensalzó su «calidez y humanismo». Recordó además cómo son sus propios pacientes los que repiten que «es buen médico, pero mejor persona». «Gracias por esa labor humana», trasladó.
Sergio Calleja Puerta, de Coya, es neurólogo y jefe de sección de Patología Cerebrovascular del HUCA. Coordina además el Programa Clave de Atención Interdisciplinar al Ictus, enfermedad a la que ha dedicado buena parte de su carrera. Sus dos facetas, la de médico y vecino, estuvieron presentes en su pregón, en el que rememoró sus recuerdos de infancia en el Festival y la lección aprendida allá por 1987, siendo aún estudiante en el instituto. En aquella ocasión, como alumno y junto a sus compañeros, montó un puesto de comida con el fin de recaudar fondos para el viaje de estudios. A la iniciativa de los estudiantes respondieron las familias con más de una veintena de tortillas. De aquellas tortillas, cada una elaborada al estilo de su artífice, dijo haber aprendido la lección de que «el mundo es diverso». La segunda de las lecciones de aquella experiencia fue el poder del «esfuerzo común», cómo «la unión de todos» es más beneficiosa que el camino en solitario.
A él, compartió, le gustaba «estar al lado de la gente». Por eso se inclinó por la medicina pese a haber barajado el estudiar veterinaria durante la adolescencia. Calleja se decantó por las personas y por lo público, adjetivo «indisociable» de la sanidad y la educación. El sistema de educación público, subrayó, permite «superar las barreras sociales» y la sanidad pública «garantiza el derecho de acceso a la salud». «No nos dejemos engañar, la educación y la sanidad pública son dos de las piedras angulares de la igualdad», recordó el neurólogo.
Calleja, «orgulloso vecino de Coya», tuvo también palabras para ensalzar la dinamización local, desde iniciativas del Ayuntamiento como los centros sociales de los pueblos a la labor de asociaciones del concejo, como La Benéfica, Bocanegra, El Prial o la Asociación Ictus de Asturias (Asicas), con sede en Piloña. En clave avellanera, sostuvo que el Festival «debe ser una celebración de la vida» y ensalzó la «labor heroíca de los cosecheros y cosecheras que han mantenido vivos los cultivos».
Halagos tuvo asimismo para el propio fruto. «La avellana es un fruto humilde con un poder enorme para preservar nuestra salud«, dijo. Entre sus beneficios destacó su capacidad de reducción de enfermedades vasculares, como el ictus o los infartos.
El Festival de la Avellana, fiesta de interés turístico regional, continúa este sábado con el Mercáu de Mestres (desde las 11 horas), cita que alcanza las 17 ediciones con 39 puestos de artesanía y 17 de alimentación. También este sábado se celebra la XXII Vuelta Concejo de Piloña BTT (9.15 horas) y la misa ofrenda de la avellana, en el santuario de La Cueva (18 horas).
El domingo, día grande, la protagonista será la ablana. Los puestos de venta instalados en la Plaza del Ganáu abrirán a las 10 horas y, quienes deseen hacerse con una remesa del fruto otoña, no deben descuidarse, ya que serán menos los kilos a la venta. La previsión es de 2.270 kilos, aportados por 45 cosecheros. A lo largo de la mañana se celebrará asimismo una feria de artesanía y alimentación.
Ya durante la tarde tendrá lugar el VIII Alcuentru de bandes de gaites L’Ablana, con participación de La Kadarma, La Coruxina y Saxum.
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