Retomemos la pregunta. ¿Qué sucede si donde queremos alquilar es en la zona rural? En el oriente la oferta en ese mismo portal apenas supera las 70 casas, en el occidente ronda las 30. Si empezamos a cribar, la búsqueda se complica. Recordemos que hemos seleccionado la modalidad de alquiler de larga temporada. Añadimos el filtro de ver primero las opciones más económicas, por ejemplo en el oriente.
Lo más barato, 55 metros cuadrados, una habitación y 375 euros al mes por una casa en Cabrales. Pero el anuncio precisa: «No se alquila para todo el año». La segunda oferta más económica son 400 euros, una habitación y 60 metros cuadrados en Llanes. Y se repite la advertencia: «No se alquila para todo el año», solo hasta mayo. «El resto es alquiler vacacional con otros precios». Tercera oferta más barata, a razón de 500 euros al mes por 30 metros cuadrados, también en Llanes. De nuevo, con estancia acotada desde octubre hasta mayo.
Puede repetirse el proceso con más zonas y en más portales, pero la sensación de desánimo tras rastrear es la misma: hay poco y lo poco que hay, imposible. Los precios no son baratos, las viviendas que se ofertan escasas y una inmensa mayoría se alquilan solo durante los meses de temporada baja turística; pues en verano esas mismas viviendas se destinan al más lucrativo alquiler vacacional.
El tan de actualidad problema del alquiler lo es aun más en las zonas rurales, donde se conjugan una multitud de factores, más complejos que en las ciudades. Uno de ellos es que una gran parte de las viviendas de los pueblos son de alquiler turístico; pero eso es solo la punta del iceberg de una realidad más profunda.
Lo que se ve —principalmente en internet porque encontrar un cartel de ‘se alquila’ en un pueblo es una rareza— está destinado a turistas. En realidad en los pueblos hay más casas, lo que ocurre es que están vacías.
En Asturias se contabilizan concretamente 100.714 casas vacías y el grueso se concentran en las zonas rurales, según los datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el Censo de Población y Viviendas de 2021, el último publicado. A nivel nacional, la cifra de casas vacías es de 3,8 millones y las comunidades donde más se registran son Galicia, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
En Asturias, los mayores porcentajes de vivienda vacía evidencian un patrón: el fenómeno afecta principalmente a concejos rurales y del interior. Según el censo del INE (que analiza municipios con más de mil habitantes) cuatro tienen más de la mitad de sus casas sin uso. Son Bimenes (56,54%), Belmonte de Miranda (55,08%), Somiedo (54,28%) y Quirós (52,4%). En el lado opuesto se sitúan Gijón (solo un 5,58% de las casas están vacías), Castrillón (6,27%), Oviedo (7,37%) y Avilés (8,08%).
De esas más de 100.000 casas vacías que existen en Asturias algunas están en mal estado, otras se abren solo en vacaciones para disfrute de la propia familia o pertenecen a tantos herederos que aguardan en un limbo, cerradas a la espera de que los propietarios lleguen a acuerdos sobre qué hacer con ellas.
Quien posee un piso en Oviedo o Gijón en el que no reside no tiene que darle demasiadas vueltas. Lo lógico es no tenerlo cerrado y sacar un extra alquilándolo.
Sin embargo, esa lógica no se replica en la zona rural, donde en muchas ocasiones alquilar una casa de forma prolongada más que un negocio, es casi un favor. Falta esa mentalidad del alquiler fuera del ámbito turístico.
Cuando en 2018 echó a andar en Asturias el proyecto ‘Volver al pueblo’, el problema de acceso a la vivienda se convirtió en uno de los principales retos, al mismo nivel de las oportunidades laborales.
‘Volver al pueblo’ es un programa desarrollado a escala nacional por la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), presente en el occidente y el oriente asturianos gracias a la Fundación Edes y la Asociación El Prial, que lo desarrollan en los concejos de Navia, San Tirso de Abres, Vegadeo, Castropol, Taramundi, Villanueva de Oscos, San Martín de Oscos, Santa Eulalia de Oscos, Tapia de Casariego, El Franco, Coaña, Villayón, Valdés, Boal, Illano, Pesoz, Grandas de Salime, Piloña, Parres, Amieva, Ponga, Cangas de Onís, Onís, Cabrales, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja y Colunga.
El programa acompaña a los nuevos pobladores durante el proceso de asentamiento y desde sus orígenes su objetivo es proporcionales una información realista. Y lo realista al mudarse a cualquier lugar es empezar por alquilar, no lanzarse a comprar sin haberse asegurado antes de que ese es el lugar idóneo para vivir.
Tras seis años de andadura, siendo testigos del desajuste entre casas vacías y demanda de alquiler; El Prial y Edes, con apoyo del Principado de Asturias, han dado un paso más para superar esa cultura del alquiler como favor, para cambiar el relato.
Lo que comenzó como una iniciativa modesta terminó creciendo para convertirse en ‘¡Alquila, ho!’, una campaña audiovisual y de cartelería con un mensaje que apela a los sentimientos, a esos vecinos que no quieren ver morir sus pueblos.
A través de siete vídeos que desde esta semana se emiten en la televisión autonómica y redes sociales, rostros conocidos como Rodrigo Cuevas o Xosé Ambás reflexionan sobre qué implica tener una casa vacía en un pueblo. Porque implica, y mucho. Desde el deterioro del propio inmueble en el plano de lo práctico al dolor en lo sentimental de quedarse sin vecinos con quienes hablar, a quienes recurrir en caso de necesidad.
“Muchas casas cerradas son un pueblo que muere. Y muchos pueblos que mueren son un país sin futuro”
RODRIGO CUEVAS
"Muchas casas cerradas son un pueblo que muere. Y muchos pueblos que mueren son un país sin futuro", expone en uno de los vídeos el agitador folclórico Rodrigo Cuevas. Y analiza: "En Asturias tenemos un problema muy grande de acceso a la vivienda en el medio rural. Hay muchas casas vacías y hay mucha gente buscando casa".
"Cuando una casa queda vacía, el silencio se apodera de ella, su interior se desvanece con humedades y goteras", relata la historiadora y divulgadora Arantza Margolles. "Varias casas cerradas son soledad, no tener con quien hablar, a ningún vecino o vecina a quien saludar. Varias casas cerradas son una escuelina que cierra, una plaza sin juegos", detalla Pau Santirso, experto en baile tradicional y presentador.
A Xosé Ambás, experto en tradición oral y musical, lo que más le duele es la "soledad" que detecta en los pueblos. Los propios vecinos, cuenta en el vídeo, le trasladan: "Ambás, quedamos solos. Cerraron todas las casas y no tenemos con quien hablar".
“Siempre me dicen: Quedamos solos, cerraron todas las casas y no tenemos con quien hablar”
XOSÉ AMBÁS
"Una casa cerrada es una casa que cae, es la maleza que crece, el incendio que se lo lleva todo. Muchas casas cerradas son una región sin futuro", apunta Natalia Restrepo, emprededora de Grandas de Salime.
"Varias casas cerradas son un colegio que cierra, un pediatra que marcha, una línea de transporte que desaparece", recuerda la también emprendedora María Torres, de Boal. "Caminos que desaparecen, tierras que no se labran y negocios que cierran", concluye Telina Álvarez, voz de la experiencia.
“Varias casas cerradas son un colegio que cierra, un pediatra que marcha, una línea de transporte que desaparece”
MARÍA TORRES
La petición de todos ellos, que los propietarios se animen a alquilar para que los "pueblos no mueran". Porque alquilar, sostienen, "es mejor para ti, es mejor para todo".
“Caminos que desaparecen, tierras que no se labran y negocios que cierran”
TELINA ÁLVAREZ