Llanes celebra Santa Rita

Posiblemente, el culto a Santa Rita en Llanes haya comenzado hace 363 años, en 1662, fecha en la que se fundó un convento de monjas Agustinas Recoletas en el edificio que en la actualidad alberga al Hotel Don Paco

Tiempo de lectura: 3 minutos
Procesión de Santa Rita por las calles de Llanes. | Guillermo Fernández

En una mañana soleada y primaveral la parroquia de Llanes celebró este jueves 22 de mayo su tradicional fiesta en honor a Santa Rita con misa, acompañada por las voces del coro parroquial, y procesión por las arterias del casco histórico de la villa. Durante la eucaristía las tres naves de la basílica estaban abarrotadas por fieles de la santa de Casia, un 90% mujeres que iban acompañadas por las tradicionales rosas. Como todo el orbe católico sabe, los símbolos de Santa Rita son la rosa roja y las correspondientes espinas en el tallo de la flor. La rosa apunta a una invocación para recobrar la salud y pedir ayuda en los momentos de necesidad. Y con la espina comienza una historia que sugiere que una madrugada de 1428, Rita despertó con una astilla clavada en la frente, un estigma divino: la marca de la corona de espinas.

La misa de este jueves en Llanes fue oficiada por el párroco Florentino Hoyos y al término de la función religiosa se formó una procesión que se movió por la calle de Posada Argüelles, Babilonia, plaza de Santa Ana y las calles Mayor y Posada Herrera para regresar al templo parroquial. De trasladar el estandarte de la santa se encargaron, por turnos, Mariano Díez y Agustín Martín de Diego, mientras que en el desplazamiento de las andas actuaron como pulcros costaleros Lucio Carriles, Fernando Fuentecilla, Pedro González y Ricardo González, simpatizantes todos ellos del bando de San Roque.

Termino como llevó haciendo cinco lustros con una pincelada histórica local. Posiblemente, el culto a Santa Rita en Llanes haya comenzado hace 363 años, en 1662, fecha en la que se fundó un convento de monjas Agustinas Recoletas en el edificio que en la actualidad alberga al Hotel Don Paco. Entrado el siglo XV, cuando Rita quedó viuda y perdió a sus hijos que llevaban camino de tarambanas, calaveras o imprudentes, ingresó en el monasterio agustiniano de Santa María Magdalena de Casia, donde convivió cerca de 40 años en comunidad. Es ahí donde las agustinas y Rita funden sus caminos para siempre.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio