La séptima edición de Una Señora Fiesta (en Vegarrionda, Piloña) abandona la música amplificada, los conciertos y la venta de entradas para vestirse de más romería que nunca: «una Señora Folixa» de las de siempre
Tiempo de lectura: 3 minutosEl prau de la Bilortera, en el pequeño pueblo piloñés de Vegarrionda, parece un hormiguero: gente que va y viene, música en algunas esquinas, una bandina alegrando el vermú, familias extendiendo manteles en el suelo, grupos preparando comida… la música de panderos, la gaita y los cantares se entremezclan con saludos, abrazos y carcajadas sinceras: ha comenzado Una Señora Fiesta y es un día importante.
Con este, ya es el séptimo año que este pequeño lugar llamado Vegarrionda (en el que normalmente viven una veintena de personas) se convierte en un hervidero de personas que acuden a una llamada sencilla: recuperar las folixas de los pueblos.
Claro que, en el caso de Vegarrionda juegan con una ventaja: entre las filas de los vecinos que organizan Una Señora Fiesta se encuentra Rodrigo Cuevas. Y eso tira.
De cualquier manera, la iniciativa no puede ser más exitosa: desde que naciera en 2018, con alma de romería, fue un profundo y rotundo triunfo. Y aunque en sus inicios ella sólo soñaba con ser una folixa -una de eses de pueblu pequeñu en la que se puede incluir cultura, tradición y baile- desde su segunda edición Una Señora Fiesta se había convertido en Festival: de esos con entradas agotadas y grupos que sólo se ven en la “city” pero tocando a ras de prau, en un recoveco entre montes sin cobertura móvil siquiera.
Este año, tras varias ediciones siendo Festival-Folixa la organización ha querido dar un nuevo giro al evento a fin de hacerlo más sostenible económicamente y más accesible a todo el mundo: se han suprimido los conciertos, la música amplificada, la venta de entradas… y Una Señora Fiesta vuelve a ser romería, de las de siempre, de las de pueblu, de esas cien por cien hechas por la gente del prau.
Aún con todo, el programa estaba lleno de planes sugerentes: concurso de picnics y de bañadores clásicos, taller de baile, juegos tradicionales, música de bandina… una folixa popular en toda regla a la que acudieron cientos y cientos de personas dispuestas a defender que no hay nada mejor que una romería, que una fiesta de prau… nada mejor que Una Señora Fiesta.