El ramo y las seguidillas regresan a Cavandi tras medio siglo

La localidad peñamellerana celebra San Julián con una multitudinaria procesión y un sentido recuerdo para Nel Melero

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El ramo regresó a la procesión de las calles de Cavandi tras cincuenta años. | Guillermo Fernández

La localidad peñamellerana de Cavandi, ubicada en la falda Sur de la sierra del Cuera, celebró este sábado fiesta en honor al patrón, San Julián, esposo de Santa Basilisa, con quien había acordado vivir en castidad. Medio siglo, cincuenta años, llevaban en Cavandi sin sacar el ramo a la calle y cantar una serie de coplas que allí conocen como ‘seguidillas’ y que les dejó en herencia una vecina llamada Juana.

Para dar lustre a la ocasión llevaban ensayando los domingos desde el mes de enero y la corte celestial atendió sus súplicas porque disfrutaron de una jornada soleada y espléndida. Antes de mediodía decenas de automóviles se encontraban aparcados en la arteria principal de Cavandi y los romeros se contaban por centenares. Lo nunca visto, el día prometía.

La comitiva folclórica en dirección a la capilla de San Julián salió encabezada por el grupo de Gaitas Principado, Manolín Vela y los hermanos Vicente y Gregorio Trespalacios: bombo, gaita y tambor. Seguía un ramo de rosquillas dulces trasladado por los rapaces Sergio Fernández, Alex Merino y los hermanos Nicolás y Lucas del Valle. La pirámide de pan artesanal iba a hombros de Miguel Ángel Galán, Fernando Antonio Díaz, Lolo Peñil y Fernando Martínez. El armazón del ramo lo construyó hace días Miguel Ángel Galán, los panes fueron un obsequio de Anita Martínez y de pagar las flores se encargó Luciana Díaz ‘Chani’.

Seguían a los ramos más de medio centenar de niñas, mozas y damas ataviadas de aldeana llanisca que en la plaza de Cavandi, antes y después de la misa, tocaron y cantaron las mencionadas seguidillas de Juana. De oficiar la misa se encargaron el párroco, Steven Betancourt, y Amador Galán, sacerdote jubilado, natural del cercano pueblo de Llonín.

Tras la eucaristía se celebró la subasta de los panes del ramo, conducida por Pedro Luis Martínez Alonso, quien colocó los roscos pequeños entre 35 y 60 euros la unidad. En 850 euros se adjudicó la rosca grande, la del cerquillo, Aníbal Romano Ruiz con del fin de obsequiar a su madre, Alfonsina Ruiz Galán, criada en Cavandi y emigrada a La Borbolla, en la otra vertiente del Cuera, donde contrajo matrimonio con el querido amigo Juan Bautista Romano. El dinero recaudado se destinará a la compra de material para el arreglo de la capilla de San Julián, porque la mano de obra será gratuita a expensas de la empresa Cubiertas del Oriente.

El reloj sentenciaba que se habían superado las tres de la tarde, los estómagos crujían y llegó la hora de un almuerzo comunitario para 230 personas De entrada se sirvió un liviano entremés formado por croquetas de jamón, que en número de 1.200 había elaborado Antonio, gambas a la gabardina y empanadillas de bocado. A continuación, paella mixta y de postre un bizcocho de chocolate. Las 230 raciones de arroz, elaboradas en dos paelleras, llevaban como ingredientes chirlas, gambas, pollo, cabecero de cerdo, calamares, 24 kilos de arroz, una base de cebolla, pimiento y ajo, y 48 litros de caldo corto de carne. Ofició como chef Yolanda Vázquez Cotera, de la empresa culinaria ‘El Campu’, con sede en la localidad cántabra de Pesués.

Al final de la comida se presentó a los comensales un gran retrato del inolvidable José Manuel Pérez Melero ‘Nel Melero’, fallecido el pasado 9 de mayo y habitual defensor de Para y Cavandi. Nel era un hombre que nunca faltaba a los diferentes acontecimientos festivos de las Peñamelleras y, a continuación, subía a la red su magnífico resultado. Su presencia en un soporte gráfico fue acogida con una atronadora andanada de vítores y aplausos.

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