Entre 1850 y 1950, emigraron al continente americano 300.000 asturianos. El mayor flujo migratorio se producía en esta estación, una vez recogida la cosecha anual
Tiempo de lectura: 6 minutosEmigrantes embarcando rumbo a América, entre finales del siglo XIX y principios del XX. | Archivo Ruiz Vernaca, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte
Con rumbo a América, entre 1850 y 1950, marcharon 300.000 asturianos: 200.000 entre 1850 y 1900 y los otros 100.000 desde principios del siglo XX a 1950. Partían en busca de un futuro mejor, tratando de dejar atrás el duro oficio como campesinos que, sin embargo, mantenían hasta el final de sus días en Asturias. El mayor flujo migratorio se producía de hecho en otoño, una vez recogida la cosecha anual.
Los primeros 200.000 asturianos que salieron hacia América tenían características comunes: Eran varones; procedían de municipios costeros; su media de edad era de 15,7 años (algunos se fueron con once); dejaban atrás una vida campesina; marchaban de forma espontánea, sin organización, y trataban de ponerse a salvo de un servicio militar obligatorio desde 1835 y de ocho años de duración.
Los 100.000 asturianos que partieron entre 1900 y 1950 abandonaban la región con mayor instrucción porque los emigrantes de la primera oleada habían financiado colegios y escuelas en sus localidades de origen. En los colegios Santa María, de Cardoso; La Encarnación, en Llanes, y La Arquera, se impartían clases de comercio, contabilidad, inglés y francés.
Equipajes para la Habana (La Coruña, 1920). | Ángel Blanco
¿Cómo iban a América? El pago del viaje corría de cuenta de los padres que permanecían en Asturias. Un gancho, agente de los armadores, efectuaba los trámites. Salían de los puertos de Santander, Vigo o La Coruña, porque el Musel no estuvo operativo para grandes barcos hasta 1911. En veleros salieron algunos de Ribadesella y emigrantes hubo que llegaron andando hasta lugar de embarque. Una vez en América se iban a encontrar con hermanos, tíos o vecinos.
Cartel de la Agencia de información y despacho de pasajes para emigrantes de Valentín Santa Eulalia Blanco, de Boal.
Cartel de la Compañía Trasatlántica , con vapores correos españoles, que anuncia los viajes rápidos desde Gijón a La Habana y Veracruz.
¿Qué requisitos les exigían? Pasaporte, cédula de vecindad, permiso paterno, reconocimiento médico y acreditación de no tener problemas con la Justicia. ¿Cuánto costaba el viaje? Más del 70% del coste del pasaje se hacía de fiado y para el pago de la cantidad pendiente se establecía un plazo determinado garantizado con una hipoteca sobre bienes inmuebles.
¿Qué les impulsaba a emigrar? Las causas eran de origen demográfico y económico. El campo asturiano era incapaz de acoger el desmesurado crecimiento de las familias y las bocas que alimentar. Asturias era víctima de una deficitaria producción agrícola. Las tierras estaban sometidas a una servidumbre feudal o convertidas en minifundios por subdivisiones territoriales a la muerte del padre.
Grupo de inmigrantes retratándose antes de partir hacia América (puerto de La Coruña, 1957). | Manuel Ferrol
¿Qué ocurría al llegar a América? Eran bien acogidos por familiares y vecinos, lo que favorecía la solidaridad y la unidad al tiempo que se atenuaba la nostalgia y el desarraigo. Trabajaban 18 horas, dormían en el propio negocio, se alimentaban de galletas y sabían que les quedaban por delante entre cinco y diez años de privaciones ilimitadas. En ocasiones ni siquiera cobraban el salario para estimular el ahorro y con el dinero que quedaba en depósito el patrón abría a la posibilidad de venderles una participación del negocio en el que trabajaban. Marchaban siendo campesinos y nada más llegar se convertían en asalariados del sector servicios. Cambiaban la guadaña y el azadón por actividades relacionadas con el comercio, la banca, el ferrocarril, la madera y la agricultura extensiva en cultivos de tabaco y azúcar. Con el fin de dejar la región no había obstáculo capaz de imponerse a las ansias de aventura.