El calendario festivo de 2025 arranca con una procesión con tres ramos y más de medio centenar de niñas y mozas enfundadas en el traje de aldeana llanisca
Tiempo de lectura: 4 minutosLa localidad llanisca de Porrúa, un proyecto vivo e inacabado en el que residen vecinos singulares, celebró este sábado el día grande en honor a sus patronos San Julián y Santa Basilisa, esposos y mártires durante el reinado de Diocleciano, que tuvieron como interesante peculiaridad el deseo de permanecer vírgenes durante toda su vida y consiguieron llevar el proyecto a buen fin.
Para anunciar el día grande de la primera fiesta del año en el concejo de Llanes allí estaba Joaquín de la Vega ‘Chocolate’, que disparó diez docenas de voladores, así como los hermanos Julián y Conchita Herrero, gaitero y tamboritera desplazados desde Balmori para lanzar al aire armoniosas notas de asturianía.
A mediodía llovía sobre Porrúa y los paraguas eran el valor que mejor cotizaba, pero en un momento que no acierto a precisar se cerraron las torrenteras del cielo para toda la jornada. Una muchedumbre se reunió en el garaje de Balala Tamés, en el barrio de La Calle, para dar buena cuenta de un suculento pincheo que ofrecía Teresina Huergo Sánchez, la dama que este año costeó un espectacular ramo de pan artesanal.
Contó Teresina que estaba agradecida, especialmente a Santa Basilisa, por el excelente resultado de una intervención quirúrgica a la que sometió el pasado verano su esposo José García Ramos. Allí posó para la cámara Alejandro Haces con las niñas Carmen Coro y Sabela Haces y los cuatro mozos que llevaron el ramo: Pablo, Daniel, José Miguel y Juan.
La comitiva se puso en marcha para recoger otros dos ramos, de rosquillas dulces y pan artesanal, en el barrio de La Bolera. Estaban en el domicilio de las hermanas Ana y Andrea Rodrigo, que tenían gozosos motivos para ser generosas con los patrones. Hace cuatro meses, Ana dio a luz un par de mellizos, de nombre Marina y Bruno, y Andrea alumbró hace diez meses a una niña a la que llamó Carlota.
Los críos son nietos del pancarín Pedro Morán Sobrino. Allí, los que venían de La Calle y los que esperaban fueron convidados a otro contundente aperitivo y fue el lugar donde los guajes Gael Santos y Leo Haces posaron junto al ramo.
Saciadas el hambre y la sed, todos, que eran un montón, marcharon con rumbo a la iglesia parroquial para sacar a los santos en procesión. Abrían el cortejo los gaiteros de Balmori y por detrás aparecían los tres ramos a hombros de varones vestidos de porruano. En realidad esta manifestación representa un conflicto expresivo porque en Porrúa todos los hombres van vestidos de porruano.
Tras los ramos aparecían más de medio centenar de niñas y mozas enfundadas en el traje de aldeana llanisca, cantando las coplas tradicionales al acompasado ritmo de un tambor que tañía Celia Izaguirre. La imagen de Santa Basilisa se presentó a hombros de cuatro mujeres, mientras que cuatro varones oficiaban en los varales de San Julián. El párroco, Florentino Hoyos, y un grupo de devotos y romeros cerraban la comitiva.
Tras la eucaristía, las mozas entonaron los cantares del ofrecimiento del ramo y se daba carpetazo a la mañana festiva con un atractivo festival folclórico en el que los lugareños bailaron la Giraldilla, el Quirosanu, el Fandango de Pendueles, las jotas de Leitariegos, Cadavedo y el Cuera, el Xiringüelu de Naves y un Pericote de cuatro triadas. Como bailín del Xiringüelu actuó Alejandro Gutiérrez, quien galanteó a cuatro mozas: Cristina, Celia, Candela y María.