Vuelve la cultura: reabre La Benéfica en Piloña

Tras una segunda fase de las obras, el espacio cultural impulsado por la asociación de Rodrigo Cuevas, Nacho Somovilla y Sergi Martí inicia su programa de actividades. La primera cita, un antroxu en danza por L’Infiestu

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Brindis por la reapertura de La Benéfica. | Gloria Pomarada

«La cuestión es creerse las cosas». Creer desde el corazón que «es posible» lograr las metas, por difíciles que parezcan. Metas como convertir un edificio en desuso y en mal estado, en el que «llovía dentro», en un espacio cultural. Y hacerlo en un concejo de la zona rural, en Piloña, contagiando la «ilusión» a los vecinos.

Ese imposible lo ha logrado La Benéfica, la asociación creada hace apenas un lustro por Rodrigo Cuevas, Nacho Somovilla y Sergi Martí. Su proyecto insignia, el de recuperar el edificio de la antigua Benéfica en L’Infiestu para dedicarlo a la cultura, dio este viernes un nuevo paso con la reapertura, una vez concluidas las obras de la segunda fase. «No teníamos el dinero, no teníamos el sitio; pero de repente la ilusión por tener un centro cultural en Piloña contagió y esto fue posible», expresó Rodrigo Cuevas durante el acto de inauguración.

El inmueble, construido en 1926, fue concebido ya en sus orígenes como teatro, cine y sala de bailes. Sin embargo, esos usos terminaron desapareciendo y ha tenido que pasar casi un siglo para retornar a la raíz. En esta segunda vida, La Benéfica «no es un espacio para programar. Nosotros no vamos a marcar la línea. Al revés, es la comunidad la que va a decirnos qué quiere que pase aquí. Este es un espacio para todos», explicó Sergi Martí.

Lograr ese espacio no ha sido tarea sencilla.Tras la adquisición del inmueble, en una primera fase de las obras y gracias a la financiación obtenida mediante un crowdfunding, La Benéfica pudo reparar la cubierta del inmueble. Quedó entonces pendiente el acondicionamiento interior, tarea acometida durante los últimos meses y presentada este viernes ante vecinos, mecenas y representantes de las administraciones que colaboran con el proyecto: el alcalde de Piloña, Iván Allende; el consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico; la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto; la directora general de Participación Ciudadana, Transparencia, Diversidad Sexual y LGTBI, Nuria Rodríguez; el director general de Acción Cultural y Normalización Llingüística, Antón García; y el director general de Reto Demográfico, Marcos Niño.

Los trabajos de esta segunda fase consistieron en la recuperación de la fachada, el aislamiento, carpintería, fontanería, instalación eléctrica, caja escénica, pavimento, luces y sonido, entre otros. Los arquitectos al frente del proyecto,  Paula González Lobo y Manuel López Carregal, destacaron que el espacio se ha recuperado manteniendo la «tradición» y aportando a la par un toque «contemporáneo».

Durante la primera jornada, entre los asistentes llamaron la atención por ejemplo dos sardos (entretejidos hechos con varas de avellano) que lucen en la entrada. «Se hicieron con ablanos de Piloña y en andecha», explicó Macario Iglesias, de Bioconstrucción Asturies, también artífice de los tabiques de los aseos, elaborados con técnicas tradicionales.

Hasta la fecha, desde La Benéfica cifran la inversión en el inmueble en medio millón de euros. De cara al futuro, está prevista una tercera fase que consistirá en terminar fachadas e instalaciones. Sobre la mesa está además habilitar un espacio anexo como chigre.

El antroxu como punto de partida

Con esta segunda fase de las obras ya finalizada, La Benéfica inicia su programación de actos, con veinte ya previstos para este 2025. «Lo que hacemos es escuchar al entorno, escucharnos entre nosotres y ver lo que queremos traer y lo que tiene sentido en el territorio. Eso es lo que lo hace especial», expresó Antía Seijas, programadora cultural de La Benéfica.

Recordó además que se trata de «dar un espacio a todo lo que pueda ocurrir», no solo la cultura, sino también los «retos del territorio».

La primera de las veinte actividades se celebrará este sábado 15 de marzo, con un antroxu en danza. El programa comenzará a las 10 de la mañana con un taller de mázcares a cargo de Raposu Roxu,  Laura Bitxo Wenyuri y continuará durante todo el día gracias a la colaboración de asociaciones piloñesas como Ríu FontoriaLaKadarma y El Prial.

A partir de las 14 horas tendrá lugar una fabada popular y desde las 16.30 el plato fuerte: el gran desfile de antroxu por las calles de L’Infiestu, con participación de El Roblón de Coya,  los cabezudos de Puertu de Vega, la orquestina La Xarangana y la banda Los Muiles. A las 18.30 h se entregarán los premios infantiles al mejor disfraz y a las 19 h Santi Galguera impartirá un taller de pasos básicos de baile tradicional. A las 20 h llegará el momento de la Nueche en Danza, colofón al gran día de la reapertura.

Un siglo de historia… y paralelismos

Antes de la actual Benéfica existió otra Benéfica y la casualidad quiso que pasado y presente confluyeran. La primera Benéfica fue una Sociedad de Socorro Mutuo fundada en L’Infiestu en 1912, que mantuvo su actividad hasta 1946. A partir de esa fecha tanto la entidad como el edificio cayeron en el olvido. El inmueble pasó a albergar la fábrica de dulces Río Piloña y, tras su cierre, un garaje de coches.

Esa escasa información era la manejada cuando la nueva asociación La Benéfica echó a andar hace cuatro años. Para llenar el vacío histórico la arqueóloga piloñesa Irene Faza indagó en archivos y recopiló testimonios que permitieron determinar que aquella Sociedad de Socorro Mutuo contaba con una directiva integrada por obreros y que su misión era prestar apoyo a las personas con menos recursos en momentos difíciles, como durante las enfermedades. Algo así como una seguridad social.

De esa investigación surgió además el dato de que el proyecto para construir el inmueble se remonta a 1924 y que la idea era ya entonces la de crear un espacio para que los vecinos disfrutasen de la cultura. Las obras de construcción finalizaron en 1926 y en los años siguientes La Benéfica vivió una etapa de expansión, con un incremento de socios -de 45 iniciales a 472 en 1930- y de actividades.

Tras la guerra civil, durante el franquismo, la vocación cultural del edificio terminó desapareciendo. Mismo destino vivió la Sociedad, disuelta en 1946. Casi un siglo después, La Benéfica revive con el mismo espíritu.

Todo vuelve. Y en Piloña, por fortuna, vuelve la cultura.

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